Trabajar más horas no siempre quiere decir producir más o mejor. Claro que la confusión es evidente. Si necesito más tiempo para terminar una tarea es bastante sencillo concluir que tendré que trabajar más horas y así arribar al objetivo o al plazo previsto.
Pero a veces la ecuación no es tan sencilla. De hecho, nos estamos olvidando un montón de factores que entran en juego en esta lógica trabajo-productividad. Si trabajamos más horas un día no sería un problema, pero si eso se vuelve la dinámica habitual en nuestra vida seguramente estaremos cediendo calidad en pos de soportar más tiempo concentrados. Y eso conlleva inevitablemente al estrés.
Por supuesto que podríamos hace actividad física o salir con amigos para relajarnos, pero claro, no podemos porque estamos trabajando. Entonces la ecuación ya pierde sentido y descubrimos que perder calidad en el trabajo nos hace sumamente menos eficiente que si trabajaramos un poco menos de horas y pudiéramos realmente recuperar energía en otros ámbitos.
Ahora, los estadounidenses por ejemplo trabajan un poco más, un promedio de 8,7 horas, aunque una parte del tiempo se emplea en el correo electrónico, reuniones y las redes sociales. ¿Ha llegado la hora de reconsiderar el número de horas que pasamos en la oficina?
De hecho, algunas empresas en Suecia se han planteado esta situación y ya se están pasando a una jornada de trabajo de seis horas en un intento de aumentar la productividad y hacer que la gente sea más feliz.
Muchos empleadores de todo el país ya han hecho el cambio considerando que el objetivo es hacer más en un corto período de tiempo y garantizar que la gente tenga la energía para disfrutar de su vida privada y también de su trabajo.
La sede de Toyota en Gotemburgo, la segunda ciudad más grande de Suecia, hizo el cambio hace 13 años, y la empresa ha informado que el resultado fue un personal más feliz, una tasa de rotación más baja, y un aumento de los beneficios en ese momento.
Filimundus, desarrollador de aplicaciones en la capital de Estocolmo, introdujo la jornada de seis horas del año pasado.
“La jornada laboral de ocho horas no es tan efectiva como se podría pensar “, dijo Linus Feldt, CEO de la compañía.
“Permanecer enfocado en una tarea específica durante ocho horas es un gran desafío. Para poder hacerle frente vamos haciendo otras tareas o hacemos pausas para que la jornada de trabajo sea menos pesada” comentó Feldt.
Evidentemente saber que tenemos 8 largas horas por delante nos anticipa un nivel de cansancio que se puede soportar con pausas cada tanto. La jornada de 8 horas termina siendo mucho menor en tiempo neto y mucho peor en calidad de vida.
Feldt ha dicho que los empleados no tienen permitido navegar en las redes sociales, las reuniones se mantienen al mínimo y que se eliminan otras distracciones durante el día, pero el objetivo es que el personal esté más motivado para trabajar más intensamente mientras esté en la oficina.
Opinó también que la nueva jornada de trabajo garantizará que la gente tenga suficiente energía para llevar adelante su vida privada cuando salen del trabajo, algo que puede ser difícil con ocho horas diarias.
“Mi impresión ahora es que es más fácil concentrarse más intensamente en el trabajo que hay que hacer y uno tiene la energía para hacerlo y todavía le que queda un poco más al salir de la oficina”, agregó Feldt.
De acuerdo a ciertos medios, los médicos y enfermeras de algunos hospitales del país incluso han hecho el traslado a la jornada de seis horas.
También esto está ocurriendo en el sector público. Una casa de retiro de ancianos en Gotemburgo hizo el cambio de ocho a seis horas a principios de este año y está llevando a cabo un experimento, hasta finales de 2016, para determinar si el costo de contratar nuevos miembros del personal para cubrir las horas perdidas vale la pena considerando las mejoras en la atención de los pacientes y el aumento de la moral de los empleados.
Podríamos considerar 5 aspectos claves en los que esta tendencia podría superar a la clásica forma de 8 horas tanto para las personas como para as empresas donde trabajan:
1) Más productividad, más concentración en el puesto de trabajo. Si quitamos las redes sociales y los móviles del puesto de trabajo durante seis horas —sobre todo porque después de trabajar tenemos tiempo para contactar a quien queramos—, nos encontramos con personas concentradas en sus tareas exclusivamente.
2) Al tener trabajadores más felices, más atentos y más eficientes, la satisfacción del cliente es mayor
3) Al saber que hay tiempo para otras cosas, se reduce el estrés y hay menos bajas por enfermedad y menos pedidos de licencias diarias.
4) Este punto tiene que ver con el beneficio social de este tipo de jornada laboral ya que al haber más puestos de trabajo se reducirán las tasas de desempleo, no solo pensand en el costado estadístico, sino considerando que estamos hablando efectivamente de más gente con trabajos reales.
5) Este punto también es de carácter social y tiene que ver con que al haber más tiempo libre, tener el mismo salario y más tiempo para consumir eso repecurte directamente en la reactivación de la economía.
Obviamente, la reducción de la jornada laboral implica pensar en un cambio de modelo empresarial y de condiciones laborales pero las ventajas son parejas para todos, empleados y empleadores e inclusive para el conjunto de la sociedad.