Fue hace casi 10 años. Con la venta de una remisería consiguió un lote de poco más de siete hectáreas sobre el kilómetro 114 de la ruta 7. Loris Giazzon un artesano que estaba muy afectado por la crisis del 2001, la inseguridad y el vértigo del Conurbano, decidió alejarse y comprar unos lotes cerca de San Andrés de Giles, a 114 kilómetros de la Ciudad de Buenos Aires, en la Villa San Alberto.
Con ese dinero en mano y el deseo imperioso de cambiar de vida decidió ir a ver un lugar que había conocido junto a su familia deambulando por festivales, ferias y encuentros populares en todo el país para vender cuchillos de plata. El lote les gustó. Quizás era lo que estaban buscando.
Fue entonces que decidieron dejar todo para emprender este nuevo camino. Con su esposa Vanesa Cappelletti y sus hijos Camila (13) y Santino (10), entonces un bebé, dejaron todo en Laferrere, partido de La Matanza, para empezar la aventura rural.
Pero la aventura que empezaba era más grande de los que ellos creían. Cuando le entregaron las escrituras llegó la sorpresa: el predio era en realidad un pueblo abandonado, 10 manzanas perfectamente demarcadas de un proyecto urbanístico que había quedado trunco en 1943.
Villa San Alberto es una referencia estampada en viejos mapas de San Andrés de Giles. Ni siquiera los GPS lo registran con nitidez
“¿Por qué no refundar Villa San Alberto? Es una idea alocada pero queremos ser pioneros de un pueblo con 100 familias, chicos jugando en las calles de tierra, sin asfalto, bocinazos y el griterío de las ciudades”, le cuenta al diario Clarín.
San Alberto figura en el digesto municipal como una de las ocho localidades que integran el partido. Sin embargo nunca pasó de proyecto comunal. Solo se mantiene la escuela 23, una capilla a medio hacer y un viejo almacén de ramos generales. El mapa también define una plaza donde apenas asoma una hamaca.
Giazzon transformó esa decisión de vida en una obsesión. Ya consiguió que 18 propietarios (algunos de Giles, otros también del gran Buenos Aires) se instalen en San Alberto. Las primeras casas se levantan con planes Procrear. Pero Loris quiere más: logró que el municipio delimite las calles internas pero ahora busca que llegue la electricidad.
Loris sostuvo que lo que le está faltando a San Alberto para ser un centro turístico “principalmente es la energía eléctrica, por la que estamos trabajando con el municipio, con Provincia y con el Senado de la Nación; inclusive hemos firmado un convenio con el municipio: yo le dono lotes y ellos ponían la luz”.
“En invierno nos empezamos a sentir solos, no hay manual para refundar un pueblo, así que arrancamos con el municipio que abrió calles y buscando locos que quieran acompañarnos. Así juntamos 18 familias, tenemos 100 lotes, así que estamos en pleno desarrollo”, detalló.
También contó que Vialidad Nacional le confirmó que en la nueva autovía que están construyendo va a ir un puente de acceso a la localidad
“Acompañamos esta iniciativa porque nuestra idea es mantener el arraigo de la población”, reconoce el intendente municipal Carlos Puglielli (FR). Para avanzar, se firmó un convenio por el que Giazzón cede 10 terrenos a la comuna para planes sociales. “Sería una oportunidad para desarrollar un proyecto de turismo rural”, aseguró el jefe comunal.
En esta refundación, Loris dijo que “vamos a respetar la cuadrícula rural del pueblo, el diseño de la plaza, su nombre y vamos a proponer la denominación de las calles al Concejo Deliberante”.
“Quiero que mis hijos crezcan acá, que jueguen y que puedan dejar la bici en la vereda sin candado”. Hay más de medio centenar de lotes en venta, pero falta la infraestructura básica.
Giazzon hasta tiene decidida una “fecha de fundación” y los festejos patronales del santo, que se celebra cada 15 de noviembre. No resigna la ilusión de estar ese día, en la plaza del pueblo, con tijera en mano para el corte de las cintas de la inauguración de Villa San Alberto.