Formar parte de un buen clima de trabajo es esencial, hace que los trabajadores se sientan más cómodos, confíen entre ellos y mejore el espíritu de la compañía. Además, convivir en un ambiente tóxico genera problemas en la salud de las personas, por eso el estrés, la angustia y la ansiedad suelen derivar de estos problemas.
Cuando se está en un grupo de trabajo siempre se intenta elegir muy bien las palabras para comunicarse lo mejor posible. Existen casos en los que la comunicación puede no ser efectiva si se emiten frases pasivo-agresivas que con el tiempo desencadenan relaciones tóxicas de hostilidad y frustración en el ambiente laboral.
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Frases pasivo-agresivas recurrentes en el trabajo
El problema de este tipo de frases recurrentes es que no terminan siendo constructivas. Suelen hacerte pensar que es un complemento, pero si reflexionas, te darás cuenta de que no refieren a cosas buenas sino a críticas. Por eso es importante que las puedas identificar para que no te afecten y para poder evitarlas en el futuro.
1. “Como dije en el otro correo… ”
″‘Como te mencioné previamente o cómo ya te avisé” son variaciones pasivo-agresivas para reafirmarte o llamarte la atención por algo pasado que se dijo y no causó las consecuencias que pretendía. También puede entenderse como una indirecta para demostrar que la persona que envía el correo está haciendo una tarea que no le corresponde y el destinatario debería hacerla.
Una alternativa por la que se puede optar es acercarse a la persona que se le quiere dar el mensaje y simplemente darle la información en vez de ser repetitivos y hacerlo sentir mal.
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2. Poner en copia (CC) al jefe en los correos entre compañeros
Kimberly B. Cummings, autora de “Next Move, Best Move: Transitioning Into a Career You’ll Love”, explica que cuando un compañero suma en la cadena de mails al jefe en un puede ser porque no confía en el receptor.
Es una señal peligrosa que un compañero quiera que el jefe esté al tanto de lo que hacen porque inconscientemente obliga a que la persona priorice su petición a cualquier otra que reciba y además demuestra una clara falta de confianza con esa persona.
Para Cummings, una opción para cambiar este accionar es directamente pedirle al receptor que priorice su pedido o que le indique una fecha para la cual el tema esté resuelto.
3. “Muchos de nosotros pensamos que… ”
Esta no solo es una forma de confirmar que el equipo ha estado hablando a tus espaldas, sino que, además, suma un plural que no indica exactamente a quienes se refiere cuando dice “nosotros”.
Una buena manera de cambiar esto es optar por que directamente cada persona hable por sí misma.
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4. “Obviamente” o “Claramente… ”
Estas palabras son marcadores del discurso pasivo-agresivos cuyo tono hostil contradicen a veces su significado. Si por ejemplo te dicen “claramente conoces la política de la empresa al respecto” en verdad quieren decir “¿cómo puede ser que no sepas esto?”.
Una alternativa correcta podría ser acercarse a la persona y sugerirle tu opinión respecto al tema, algo así como “no estoy seguro de si sabías esto, pero…”.
5. “No es por ofender, pero… ”
Esta no solo es una frase condescendiente que manifiesta una falta de respeto, sino que también es pasivo-agresiva; cuando se dice que no se quiere ofender es porque la persona que está hablando sabe que el receptor de la frase se va a ofender o se puede tomar a mal lo que seguirá a continuación.
Es mejor ser directo y decir algo como “sé que lo que te voy a decir no te va a caer bien, pero necesito preguntarte: ¿tengo tu permiso para darte consejos u opiniones sobre asuntos del trabajo?” O también “me gustaría que hubiera confianza entre nosotros para poder decirnos las cosas a la cara”.
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Si quieres evitar que el comportamiento pasivo-agresivo se extienda por el equipo de trabajo, ten en cuenta que todo se reduce a crear confianza entre compañeros. Que se puedan decir las cosas cara a cara sin necesidad de estas frases ambiguas que sientan mal.
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