Leandro Bustos es un chico de 17 años que como muchos otros de su edad va a la escuela de su barrio, y como algunos menos, además de estudiar tiene que salir a trabajar.
Leandro vive al sur de la ciudad de Córdoba en Argentina y al salir de clases, si le queda tiempo después de las tareas escolares, ayuda a su papá jubilado vendiendo productos de limpieza. Y los fines de semana sale a vender turrones por las esquinas más concurridas de la ciudad.
Pero la vida de Leandro acaba de modificarse de un modo imprevisto, con un suceso asombroso, uno de esos momentos que bien podrían formar parte de un taquillero giro argumental si esto fuera una película.
Es que Leandro, este jovencísimo vendedor ambulante de turrones que vive en la intersección de las calles Santa Rosa y Cañada junto a su papá jubilado y tres de sus ocho hermanos, se ganó una beca para estudiar un Bachillerato Internacional en la India.
A fines de 2016, y luego del proceso de selección, Leandro se enteró de que fue elegido para asistir a una de las escuelas secundarias de Colegios del Mundo Unido (UWC, por la sigla en inglés) en Mahindra College en Pune, India.
Y como suele ocurrir también en las historias de ficción, Leandro se enteró casi de casualidad de la posibilidad de esta beca, gracias a una compañera del colegio que se había anotado y él hizo lo mismo.
Para llegar a esta instancia, realizó tres exámenes luego de postularse. Finalmente, en agosto, fue invitado a un campamento en Mendoza con los otros preseleccionados. “Con esfuerzo se puede. Si yo lo pude lograr, cómo no van a poder otros chicos” cuenta Leandro.
Ese viaje a Mendoza fue la primera y única vez que Leandro salió de Córdoba: “Para mi eso ya era increíble. Ahí estuvimos tres días donde hicimos diferentes actividades y al final nos entrevistaron personalmente a cada uno. Querían saber qué pensamos de la vida o cómo resolvería problemas que afectan a la sociedad”, cuenta el jóvencito cordobés.
“Además del excelente desempeño académico, en el proceso de selección demostró interés sobre temas que afectan a su comunidad. Se destacó por su capacidad de reflexión, compromiso social, creatividad y facilidad para trabajar en equipo”, explicó Lucía Michelazzo, una cordobesa que hizo el BI entre 2008 y 2010 en Noruega, y que es miembro de UWC Argentina.
Pero no iba a estar exenta de dramatismo esta historia con ribetes de guión fílmico. La beca cubre gastos de educación, alojamiento y alimentación por los dos años que dura el curso, pero el adolescente tiene que costear los pasajes, el seguro médico, la visa y el pasaporte.
“Vendo 3 turrones por 10 pesos. La mitad de lo que junto se lo doy a mi papá para que pueda pagar las cuentas” explica Leandro quien se encuentra ante una encrucijada, puesto que para poder pagar lo que la beca no cubre deberá recibir algún tipo de ayuda económica.
“Es algo que yo no puedo pagar, pero para la semana que viene vamos a pedirle al banco que me autorice a abrir una cuenta bancaria para que quien pueda ayudarme” comenta Leandro.
Para quienes quieran colaborar pueden ir conociéndo su Facebook que es www.facebook.com/jesus.cornejo.39
“Me gustaría poder ir y ayudar, y después con todo lo que aprenda poder volver y ponerlo en práctica en mi país” dice este jovencito, que deberá esperar unos días para conocer el final de este capítulo de su vida.