Comprender el autismo va más allá de saber qué es: implica mirar con empatía, escuchar con atención y acompañar con respeto. Muchos niños con autismo no pueden expresar lo que sienten con palabras, pero eso no significa que no tengan una voz interior. Si pudiéramos ponernos en sus zapatos, quizás esto es lo que nos dirían desde el corazón.

Qué es el autismo: una mirada desde el corazón
El autismo, o trastorno del espectro autista (TEA), no es una enfermedad, sino una condición neurobiológica que afecta la manera en que una persona percibe el mundo, se comunica y se relaciona con los demás.
No hay dos personas con autismo iguales: cada una tiene sus fortalezas, desafíos y formas únicas de expresar lo que siente. Comprender esto es clave para acompañarlas desde el respeto y la empatía.
Detrás de una mirada que evita el contacto visual, de una rutina que se repite o de una reacción que no entendemos, suele haber un niño que quiere ser aceptado, comprendido y querido tal como es. El amor, la paciencia y el acompañamiento son herramientas poderosas para derribar prejuicios y construir vínculos más humanos. Porque cuando miramos con el corazón, aprendemos a ver más allá del diagnóstico.
Quienes tienen algún trastorno del espectro autista tienen dificultad para expresar emociones o para entender las emociones ajenas.
10 cosas que un niño con autismo quisiera que entendieras
Entender el mundo interior de un niño con autismo no siempre es fácil. Pero si tuviéramos la capacidad de ponernos en su lugar por un momento, esto es lo que muchos de ellos querrían decirnos:
- Soy un niño antes que nada: Tengo autismo, sí, pero eso no me define por completo. Soy una persona con sueños, emociones, gustos y necesidades, igual que cualquier otro niño.
- Mi manera de comunicarme es diferente: A veces me cuesta hablar, otras veces no sé cómo expresar lo que siento. Pero eso no significa que no tenga nada para decir. Escúchame con paciencia.
- Siento el mundo de una forma intensa: Un ruido fuerte, una luz muy brillante o una textura en mi ropa pueden afectarme más de lo que imaginas. No estoy exagerando, simplemente percibo diferente.
- Me esfuerzo cada día: Tal vez me veas tener una crisis o no entender algo simple, pero eso no significa que no lo intente. Solo necesito más tiempo y comprensión.
- El juego es mi puente con el mundo: Tal vez no juegue igual que otros niños, pero si te acercas con respeto y sin presionarme, vas a descubrir que quiero conectar.

- Aprendo de forma distinta: Tal vez no por métodos tradicionales, pero puedo aprender mucho. Descubrí mis talentos y úsalos para ayudarme a crecer.
- Necesito rutinas para sentirme seguro: Los cambios inesperados me descolocan. Saber qué va a pasar me ayuda a estar tranquilo y a manejar mejor mi entorno.
- Tus palabras importan: Lo que dices sobre mí —aunque pienses que no lo entiendo— me afecta. Trátame con cariño y respeto, aunque no siempre pueda responderte.
- También necesito amigos: Quiero sentirme incluido. Aunque no sepa cómo acercarme, me gusta que me inviten, me hablen y me tengan en cuenta.
- Con tu apoyo, puedo lograr mucho: No me subestimes. Con amor, paciencia y acompañamiento, puedo avanzar más de lo que imaginas.
Cada niño con autismo es único, con su propia forma de ver el mundo. Lo que necesitan no es lástima, sino oportunidades. No buscan que todo sea fácil, solo quieren que el mundo esté dispuesto a entenderlos, acompañarlos y darles el lugar que merecen. Escuchar con el corazón puede ser el primer paso para construir una sociedad más inclusiva y amorosa para todos.

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