Un grupo de investigadores de la Universidad de California en Los Ángeles ha realizado una serie de estudios para los cuales utilizaron un nuevo tipo de reloj biológico que los llevó a afirmar que los latinos envejecen más lentamente que cualquier otro grupo étnico que habite en los EE.UU.
Los hallazgos podrían conducir a una mayor comprensión de los cambios epigenéticos – factores externos que influyen en nuestro ADN – que influyen en el por qué no todos los grupos étnicos muestran rasgos similares de envejecimientos en los mismos momentos, así como la resolución de lo que estos investigadores consideran un misterio y que es porqué los latinos gozan de tal longevidad a pesar de su susceptibilidad a ciertos problemas de salud.
“Los latinos viven más tiempo que los caucásicos, a pesar de experimentar tasas más altas de diabetes y otras enfermedades. Los científicos se refieren a esto como la “paradoja hispana”, dice el genetista Steve Horvath de la UCLA. “Nuestro estudio ayuda a explicar esto mediante la demostración de que los latinos envejecen más lentamente a nivel molecular”.
Cifras recientes de los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades muestran que los latinos en los EE.UU. viven tres años más en promedio que los caucásicos, con una esperanza de vida de 82 años, en comparación con los 79 de los caucásicos.
Y un estudio publicado en 2013 encontró que los latinos, a pesar de poseer tasas más altas de enfermedades crónicas como la obesidad, disfrutan de un riesgo 30 por ciento menor de muerte en todas las edades en comparación con otros grupos étnicos.
Para investigar esto, el equipo de Horvath examinó los conjuntos de datos que contienen muestras de ADN de más de 5.000 personas pertenecientes a siete grupos étnicos diferentes, incluyendo latinos, caucásicos, africanos, afroamericanos, asiáticos del este, y un grupo de indígenas de las tierras bajas de Bolivia llamados los Tsimane, quienes estrían genéticamente relacionados con los latinos. (enlace al estudio aquí)
El uso de un sistema para predecir la edad epigenética desarrollado por el mismo Horvath en 2013 (que hace un seguimiento del proceso natural de cambios de metilación del ADN a medida que envejecemos) los investigadores encontraron que los cuerpos latinos son biológicamente “menores” que los no latinos del mismo grupo etario.
Según dicen los investigadores, esta conclusión no se ve afectada por factores de estilo de vida que podrían incidir en la salud y la longevidad, ya que ellos incluyeron comparaciones también de aspectos tales como la dieta, el nivel socioeconómico, y los niveles de educación en sus investigaciones.
Un ejemplo dado por el equipo describe cómo, después de la menopausia, el reloj epigenético sugiere que los cuerpos de las mujeres latinas son en realidad 2,4 años más jóvenes en términos biológicos que las mujeres no latinas de la misma edad cronológica.
Y es esta juventud física invisible la que los investigadores creen que ayuda a los latinos a combatir las enfermedades crónicas comparativamente mejor que otros grupos a medida que envejecen , al menos en una medida significativa en comparación con los no latinos.
“Sospechamos que la tasa de envejecimiento más lenta de los latinos ayuda a neutralizar los riesgos de salud más altos, particularmente los relacionados con la obesidad” dice Horvath. “Nuestros hallazgos sugieren que los factores genéticos o ambientales relacionados con la etnicidad pueden influir en la rapidez con que una persona envejece y cuánto tiempo viven.”
Pero mientras que el estudio sugiere que los latinos tienen una ventaja biológica significativa sobre otros grupos étnicos en los EE.UU., incluso estos fueron superados por los Tsimane, que envejece más lentamente.
De acuerdo con los cálculos de los investigadores, la sangre latina en promedio es dos años más joven “que los caucásicos de la misma edad, pero la sangre Tsimane es dos años menor aún que la sangre latina”. Los investigadores creen que ambos, latinos y Tsimane puede agradecer a sus ancestros genéticos comunes por su juventud biológica en curso.
Nos encontramos acá con un punto que en cierta medida nos desconcierta, o por el contrario, que nos despeja ciertas dudas ya que descubrimos solapadamente que en realidad a los que este equipo se refiere cuando habla de latinos es nada más ni nada menos que a aquellas personas nacidas en América Latina en cuya ascendencia se encuentre un miembro de algún pueblo originario de estas tierras.
Claramente, Horvarth y su equipo confunden, deliberadamente o no, las clasificaciones de latinos (oriundos del Lazio) con latinoamericanos (personas nacidas en América y que hablan un idioma derivado del latín) y con hispanoparlantes (en este caso los americanos que hablan español y los mismos españoles).
Para profundizar en sus equívocos dice Horrvath “Este resultado arroja luz sobre lo que se llama con frecuencia la paradoja hispana. El estudio sugiere que lo que da a los hispanos su ventaja es su ascendencia nativa americana, ya que comparten ascendencia con estos americanos indígenas.”
El equipo también descubrió que, en todos los grupos étnicos, la edad de la sangre y el tejido cerebral de los hombres envejece más rápido que el de las mujeres, lo cual creen que podría ayudar a explicar por qué los hombres tienen una esperanza de vida más corta que las mujeres.
Para continuar, los investigadores tienen la intención de ampliar su estudio con la incorporación de otros tipos de tejido humano en sus análisis. La esperanza es que, en algún momento en el futuro, este tipo de descubrimientos logre retrasar el proceso del envejecimiento para todo el mundo.
La investigación fue apoyada por subvenciones del “Instituto Nacional del Corazón, Pulmón y Sangre” de los Estados Unidos y por el “Instituto Nacional sobre el Envejecimiento” del mismo país.
Si bien este tipo de errores que marcamos puedan resultar devastadores, sin dudas las investigaciones llevadas adelante por este equipo van por el camino correcto para ayudar a la humanidad toda a alcanzar mejores niveles de vida y por más tiempo.