Kalel Langford es un chico de 14 años, que como muchos de su edad, un día fue a visitar junto a su familia el Cráter de Diamantes, un parque estatal de Arkansas, su ciudad natal.
Kalel y su padre caminaban en el sur del parque cuando de repente, el adolescente encontró en el suelo algo que le llamó la atención. Se acercó, lo levantó y su vida cambió para siempre.
“Estaba a sólo unos centímetros de una corriente de agua, con un montón de otras rocas que eran del mismo tamaño”, dijo Kalel, quien hoy tiene en su poder una auténtica joya.
Es que Kalel encontró un diamante de 7,44 quilates que es “aproximadamente del tamaño de un poroto” y “marrón muy oscuro, similar al café” dijo el joven.
“Su color era tan oscuro que no estábamos seguros de si era un diamante, pero nosotros sabíamos que teníamos que observarla detenidamente”, agregó su padre.
El diamante de todavía no se tasó, pero se cree que tiene un enorme valor; apenas por debajo del millón de dólares si se considera que una piedra similar, un diamante de 8,5 quilates encontrado en el parque en 2015 fue valuada en ese precio.
Waymon Cox, portavoz del parque, sostuvo: “Las condiciones eran ideales para que Kalel encontrara su diamante. Había caído una gran lluvia en el área de búsqueda arada durante la semana. Una lluvia fuerte puede llevar a los diamantes más grandes cerca de la superficie”.
Este es el séptimo diamante más grande encontrado en el parque desde su apertura en 1972.