Michael Raisch, diseñador jefe en los estudios Raisch, pidió a un grupo de chicos en edad preescolar (grupo poco probable de consulta en lo que a concursos de diseño se refiere) que se pongan a jugar y diseñen propuestas para el nuevo el logo de los Juegos Olímpicos “Tokio 2020”.
Armados nada más que con formas de colores y una breve explicación sobre diseño ligeramente simplificada y sobre lo que se les pedía, la clase preescolar de su hija tuvo vía libre para crear el símbolo ideal.
Todos los logos se terminaron dentro de los lineamientos de competencia estrictas establecidas por el Comité Olímpico Internacional, pero hay que señalar que el proyecto fue desarrollado sólo con fines educativos, sin ninguna intención de presentar.
Raisch ve los resultados como una nueva perspectiva a la marca olímpica, y una clara indicación de la importancia de la creatividad y la expresión en diseños de logotipo a través de técnicas de crowdsourcing, concepto que podríamos definir como la herramienta o vertiente para externalizar tareas y trabajos mediante el uso de comunidades masivas no necesariamente profesionales del tema en cuestión, lo que podría llevar a conseguir en un periodo más corto de tiempo, mejores y más soluciones.
