Los Juegos Olímpicos nos siguen contando historias maravillosas. Majlinda Kelmendi logró el primer oro para Kosovo, la joven república balcánica, que hizo su debut en los Juegos Olímpicos.
Majlinda tenía una única ambición: lucir su bandera y escuchar su himno: “Me he imaginado tantas veces este momento, es la primera vez que Kosovo viene a los Juegos Olímpicos”
En los Juegos se cumplen y se evaporan sueños. Se ve llorar de alegría y felicidad y también de rabia e impotencia. Se ve también disfrutar a grandes atletas y números 1 del mundo, por el simple hecho de estar participando de la maravilla que son los Juegos Olímpicos.
Majlinda Kelmendi también lloró al ganar el oro en yudo -52, y lo hizo porque logró su sueño al conseguir el oro, que no fue para ella y para su país cualquier oro. Fue un oro patriótico. El primer oro para Kosovo, que fue reconocido por el COI (Comité Olímpico Internacional) a finales de 2014.
Kelmendi, que llevó la bandera en el desfile de apertura, había competido en los Juegos de Londres representando a Albania. También compitió representando la Federación internacional y la Europea. Esta vez pudo representar a su querido Kosovo.
Tras la entrega de medallas, la yudoca dijo:
“Siempre he querido participar en unos Juegos con la bandera y el himno de Kosovo. Hoy me siento feliz porque he soñado con este momento durante mucho tiempo, otros países me ofrecieron muchos millones para que compitiera por ellos, pero he rechazado todas las ofertas para sentirme como me siento hoy. No hay dinero en el mundo que pueda hacerme sentir como me siento hoy”
El entrenador de Kelmendi, Driton Kuka, es un ex yudoca que nunca pudo participar en los Juegos por la guerra de los Balcanes y las sanciones impuestas a Yugoslavia. Durante la guerra, su ciudad y la de Kelmendi fue destrozada.
“Esta medalla significa mucho para mí y para mí país. Es un momento histórico, no solo por el deporte, sino por lo que supone para Kosovo como país. He trabajado duro durante cuatro años para este día y para este momento. ¡Me sentí tan feliz cuando subí al podio! Sabía que no estaba contenta solo por mi familia, sino que había hecho feliz a todos los kosovares y a todos los niños que me veían como una heroína en la tele. Es un sueño hecho realidad”, explicó Kelmendi.
En el pabellón del yudo había carreras para hacerse un selfie con ella y con la bandera de Kosovo. Su grupo de ocho atletas, es uno de los más pequeños en estos Juegos.
¡Felicitaciones Majlinda y felicitaciones Kosovo!