Al igual que todos los años en esta época, la Tierra se encontrará con una nube de escombros pertenecientes a la cola del famoso cometa Halley. Algunos de éstos, al atravesar la atmósfera y convertirse en meteoros, brindarán un espectáculo conocido como lluvia de estrellas.
El fenómeno comenzó el 4 de octubre y durará hasta el 14 de noviembre -el tiempo que tarda la Tierra en atravesar la cola de rastros del cometa Halley-. Pero se podrá ver con más claridad entre el sábado y el domingo que viene, según indicó el Observatorio Astronómico de Córdoba, Argentina.
Se les denomina Oriónidas sólo porque su presencia suele notarse bajo la imagen de la constelación de Orión, cuyo cinturón es ampliamente conocido como las tres Marías. El material que las compone, en cambio, proviene del cometa Halley. Los restos de su último paso por ese lugar hace más de 30 años dejaron rocas y polvo que, al ingresar a la atmósfera, generan brillos amarillos o verdosos en el cielo.
“No es la lluvia más fuerte, pero es una de las más hermosas del año”, aseguró Bill Cooke, jefe de la Oficina sobre Meteoritos de la NASA.
La lluvia que se avecina tendrá una velocidad de 66 kilómetros por segundo, dejando una tasa de actividad de 23 meteoros por hora. A modo de comparación, las Perseidas de agosto, por ejemplo, tuvieron una velocidad de 59 kilómetros por segundo, mientras que las Gemínidas de diciembre se desplazan, habitualmente, a 35 kilómetros por segundo.
Para disfrutar de esta lluvia de estrellas no se necesitan telescopios ni instrumental específico, sólo buscar un lugar sin contaminación lumínica y mirar el cielo, principalmente en la dirección de Orión.
A los ojos les toma alrededor de media hora ajustarse a la falta de luz, así que cuanto más tiempo se pase afuera mirando al cielo, más oportunidades habrá de ver un meteoro.