La tecnología ha generado transformaciones increíbles en una gran cantidad de objetos que durante siglos se habían mantenido inalterados en su forma y uso. Objetos de uso cotidiano, desde cigarrillos hasta anteojos, han sido reinventados y hoy son maravillas digitales. Transformados gracias al desarrollo industrial, se convirtieron en objetos que nuestros bisabuelos reconocerían pero sin duda no sabrían cómo usarlos.
El lápiz
El primer lápiz de producción masiva reconocible, con una mina de grafito envuelta en madera, fue producido en Alemania en 1662. El diseño de forma cilíndrica estrecha nunca ha sido superado, y se ha mantenido aún en los desarrollos más recientes, incluyendo al lápiz digital.
Justamente “el “Apple Lápiz” está diseñado para verse y sentirse como una herramienta familiar” dice el diseñador Jonathan Ive, sin embargo aclara que “ofrece algo extraordinario – la precisión de que en realidad cada trazo es un solo píxel” (Un píxel es como un punto de tinta pequeño pero en la pantalla de una computadora, abuelo).
Los cigarrillos
La gente se ha estado envenenando a sí misma con el tabaco durante miles de años, pero el primer cigarrillo – que consistía en hojas de tabaco envuelto en cañas – se remonta al siglo IX y fue desarrollado en la zona de México y América Central. Tiempo después la envoltura fue hecha de maíz y desde el siglo XVII se ha estado utilizando un papel fino, diferente a medida que el progreso industrial permitía hacer algún cambio. Este formato práctico para la inhalación de nicotina fue presentado a los franceses en 1830, y rápidamente se le dio el nombre de cigarrillo.
Nada ha cambiado mucho hasta 2004, que fue cuando se introdujo el cigarrillo electrónico (o e-cigarrillo). Estos vaporizan electrónicamente la nicotina en lugar de quemarla. Muchos cigarrillos electrónicos imitan la forma de sus predecesores combustibles, aunque los diseños más recientes, como el “ Treasure Vape” han comenzado a explorar un lenguaje visual menos emparentado con el cigarrillo original.
Los anteojos
Es difícil establecer con precisión detalles de dónde y cuándo se inventaron las gafas, pero se cree que se originaron en Italia en el siglo XIII (los lectores de Umberto Eco recordarán la sorpresa de los monjes benedictinos cuando Guillermo de Baskerville sacó de su manto un monóculo para leer unos manuscritos), cuando un par de lentes correctores de la visión se establecieron por primera vez en unos marcos que podrían ser apoyados en la nariz y sostenidos desde las orejas.
El diseño y la función se mantuvieron esencialmente sin cambios hasta 2003, cuando Google presentó Google Glass con un sistema de posicionamiento global incorporado.
Sin embargo, el producto nunca fue ampliamente adoptada debido a que despertaba incógnitas sobre la privacidad y su precio era demasiado alto para justificar la utilidad aún limitada. Fue por eso que Google en silencio lo sacó de circulación pero ya prepara la segunda camada de anteojos digitales.
Los relojes
El primer reloj mecánico portátil del que se tiene registro data de 1530. Luego se desarrollaron poco a poco los relojes de bolsillo (realmente portátiles, que se usaba con una cadena sujeta a la ropa. Los relojes de pulsera se desarrollaron tiempo después y poco a poco se hicieron populares (gracias a las mujeres primero).
Sin embargo, no fue hasta la Segunda Guerra Mundial que los hombres comenzaron a usar relojes en la muñeca. Este desarrollo fue impulsado por la necesidad de los soldados en las trincheras para coordinar con precisión el ataque de fuego de artillería sin hurgar en sus uniformes sucios.
El desarrollo posterior, incluyendo el uso del cuarzo y las pantallas digitales, no implicó necesariamente que los relojes hubieran hecho cambios radicales. A pesar de toda su funcionalidad adicional, los últimos smartwatches y el codiciado reloj de Apple todavía sirven principalmente para saber la hora, y se sujetan convenientemente aún en la muñeca con una malla.