Facebook tiene más de 1600 millones de usuarios y esto equivale a un cuarto de la población mundial. Este número impresiona todavía más cuando consideramos que 3300 millones de ciudadanos -de los 7200 millones de habitantes que viven en nuestro planeta- están conectados a internet:
Esto significa que Facebook tiene registrados a la mitad de los internautas
Si este número aún no te sorprende lo suficiente, el otro gigante de internet, Google, gestiona alrededor de 4000 millones de búsquedas al día.
La cantidad de información que se genera a través de estas interacciones da lugar a cambios en la manera que tenemos de comunicarnos y, a su vez, forma los diferentes canales que usamos para crear y compartir el conocimiento humano.
En este mundo hiperconectado nos encontramos que Uber te puede conseguir un coche en cualquier lugar del mundo, Airbnb puede asegurarte un apartamento en Bombay o en Buenos Aires y Foodora te puede llevar comida a casa en Birmingham o en Berlín
Hoy es posible también aprender idiomas aprovechando esta maravilla que es internet
Hay muchos sitios a los cuales acudir y aprender, algunos gratis y otros pagos. Uno de ellos es Babbel. Los expertos en idiomas de Babbel se propusieron convertir el aprendizaje de idiomas en algo fácil, efectivo y accesible para todos. Lingüistas, profesores, políglotas y redactores, producen cursos para que los usuarios puedan aprender hasta 14 idiomas a partir de siete lenguas de visualización distintas, lo que da lugar a 98 combinaciones de cursos realizados a medida.
El aprendizaje online conlleva algunas ventajas inherentes a la experiencia de aprender a través de una app. Es algo muy cómodo: llevamos el teléfono móvil siempre a mano cargado y preparado para guiarnos a través de los obstáculos de la vida moderna, desde el snooze por las mañanas, hasta el emoji del mensaje de buenas noches, pasando por el GPS que nos lleva por el buen camino.
Y también podemos aprender un idioma. Un producto online tiene la ventaja de poder ser actualizado y mejorado de manera constante, casi mágica.
El progreso de un estudiante de Babbel se mide según los cursos que completa, y estos son continuamente optimizados para asegurar que la información se presenta y se absorbe de la manera más efectiva posible.
La gramática alemana es complicada se presente como se presente, y algunas palabras francesas no parecen para nada como se pronuncian, pero esta app intenta hacer simple lo complicado.
Los estudiantes tienen su propia historia y sus razones particulares para haber empezado a aprender un idioma. Como Babbel está en contacto con ellos, muchas veces surgen historias y anécdotas increíbles.
Gianni, por ejemplo, es el estudiante mayor con 101 años. Le gusta la tecnología y a menudo hace Skype con su hija que vive en Nueva York, así que decidió aprender inglés para comunicarse con su nieta y con la cuidadora de su nieta.
El sector educativo muchas veces se ha quedado atrás en cuanto al desarrollo de nuevas tecnologías digitales en comparación con otras industrias como los juegos de ordenador o los viajes. Babbel apuesta por cambiar eso, innovando para poder aspirar a una educación moderna, informal, autodidacta y adaptada a la Era de la Información.