Este 25, 26 y 27 de noviembre, en Córdoba, Argentina, el mismo lugar que lo vió nacer, se van a conmemorar con interminables festejos, los 50 años de uno de los emblemas nacionales del automovilismo.
El 30 de noviembre de 1966 en Buenos Aires tomó forma el fruto de un trabajo de años. La Kaiser Corporation de Estados Unidos, la American Motors, la Renault francesa, el diseñador turinés Pininfarina, el argentino Oreste Berta, unidos en una inusual combinación que cambió para siempre la relación entre los argentinos y los autos.
En el Autódromo Municipal de la ciudad de Buenos Aires, está por empezar la presentación de un auto cuyo diseño y desarrollo ha sido objeto de cientos de intrigas y de un hermetismo casi sagrado.
Hace 50 años hacía su aparición en sociedad el primer Torino
El lanzamiento del auto se produjo la mañana del 30 de Noviembre de 1966 y fue inmediatamente catalogado tanto por el periodismo como por el público como “el auto argentino”. Sus constructores se cuidaron muy bien de dar a conocer los orígenes y la inspiración del auto.
La historia comenzó muchos años antes, hacia fines de 1955 cuando la Kaiser Corporation de Estados Unidos decidió instalar una planta en Córdoba, Argentina ue conocida como Industrias Kaiser Argentina (IKA, una sigla que quedará para siempre en el ADN automovilístico argentino).
Por ese entonces, se trataba de uno de los emprendimientos automovilisticos más importantes para el país y daría comienzo con la producción de vehículos como la histórica y emblemática Estanciera y el Kaiser Carabela.
Como no se podían importar vehículos en Argentina, un tiempo después IKA firma un convenio en el que intervienen American Motors y la Regie Renault que buscaría fabricar en el país algunos de eso vehículos “imposibles”. Por otro lado, si bien la linea Rambler había tenido cierto éxito entre los usuarios argentinos, aún la IKA necesitaba de un modelo potente para competir directamente con el Falcon y el Chevrolet Super.
Fue entonces que usando como modelo la carrocería del Rambler American Rogue y sumando al diseñador Pininfarina que aceptó la consigna de aportarle un toque distintivo al panel delantero y al interior del auto, se fue gestando este motorizado “Toro de las pampas”, con potencia estadounidense y un aire europeo.
El Torino estaba naciendo.
Esa mañana del 30 de noviembre de 1966 se presentaron tres modelos:
- Un sedán con motor de 3 litros y caja de tres marchas
- Una cupé sin parantes con motor de 3.770 cm³, carburador Holley 2300C y caja de cambios ZF de cuatro velocidades
- Una versión de alto rendimiento bautizada Torino 380 Wcon el mismo motor, pero con los tres carburadores Weber DCOE 17
La relación entre los fanáticos y el Torino se iría nutriendo de hazañas deportivas, de gloriosos pilotos, de amores incondicionales nacidos a la luz de los faros de un auto que nació para convertirse en emblema.
50 años después el amor entre el público y el Torino sigue intacto y cada vez más poderoso. Tal es así que siempre está latente la posibilidad de que “El Toro” vuelva a fabricarse y los desvelos esperando ese día se hacen interminables.