Un estudio global, realizado por One Poll por iniciativa de Hoteles.com durante mayo de 2016 en el que se entrevistaron a más de 9200 personas en 31 países, revela que los viajeros se convierten en adictos de las redes cuando están de viaje y, a su vez, usan sus celulares para buscar su próximo restaurante y usan Facebook para competir con sus compañeros de viaje.
Los datos son realmente sorprendentes. Por ejemplo, el estudio arroja como resultado que el 10% de las personas pasa más de siete horas al día con su smartphone en la mano estando de vacaciones.
De hecho, en promedio los argentinos son los que declararon pasar más horas con sus teléfonos a nivel global, ya que dedican 4,20 horas a estar pendientes de esta herramienta, mientras que pasan 5,18 horas haciendo turismo y 1,74 tomando sol. Quienes los siguen son los brasileros, con 4,07 horas en promedio, y los tailandeses, con 3,95 horas en promedio. Definitivamente, los argentinos deben declararse adictos.
Este mal, al parecer se ha vuelto endémico y ya se ha ganado inclusive un nombre entre las patologías que estudian los especialistas. Se lo denomina FoMO por sus siglas en inglés “Fear of Missing Out” (literalmente, “miedo de perder”, o bien o“temor a quedar desconectado”) y describe una obsesión por no perderse nada, de estar todo el tiempo conectado al mundo tecnológico o virtual.
Las personas con FoMO consultan compulsivamente las redes por temor a no enterarse de lo que sucede en su entorno, quedar excluidas de algún evento, o que otras personas hagan cosas más interesantes que ellas.
Desde Buena Vibra te alcanzamos algunos consejos para prevenir o desterrar el FoMO de nuestras vidas:
- Establecer prioridades. La cantidad de información que somos capaces de manejar es limitada por lo que no debemos perder capacidad de acción en cosas secundarias y en cambio debemos concentrarnos en las personas y los datos que realmente sean relevantes o puedan ser útiles.
- Dosificar y planificar la presencia en las redes. Esto tienen un doble beneficio. Primero es positivo porque reduce el tiempo disponible para interactuar en las redes y en segundo lugar porque como corolario esto trae aparejado una mejoría en nuestra imagen y reputación online.
- Más vida de protagonista y menos de espectador. Disfruta de las buenas experiencias es algo que nos cuesta cada vez más. Especialmente si estamos pensando en cómo las verán los demás cuando las publiquemos. Es bueno programar más actividades deportivas y sociales y apagar cámaras y celulares mientras estamos con otras personas. Sentiremos al principio la abstinencia, pero luego, como todo, nos iremos acostumbrando y disfrutaremos más de esos momentos.
- Ser conscientes de nuestra problemática: Una forma de medir nuestro nivel de FoMO es contar las veces por día que uno abre el celular de manera innecesaria, es decir, sin tener ninguna notificación nueva. Hay un sitio llamado Rate My FoMO (“mide mi FoMO”), en el que se puede llenar una encuesta en inglés con preguntas realmente reveladoras sobre la cantidad de veces que usamos las redes sociales, así como la ansiedad que nos genera ver la actividad de nuestros contactos.
- Planificar los momentos de ocio: En este mundo cada vez más hiperagendado, donde cada minuto debe ser aprovechado productivamente debemos recordar algo. Es necesario desenchufarse y recargar energías. Para eso podemos aprovechar los momentos diarios de ocio o las vacaciones. La palabra vacaciones deriva justamente del término vacante, es decir que es ese lapso de tiempo donde no tenemos nada programado para hacer. Un buen momento para dedicarse a descansar, a no hacer nada, a estar con familia y amigos, a practicar las aficiones.
- Recuperar el lenguaje verbal entre los amigos: La amistad debe ser cultivada y nada mejor que una conversación franca y directa, personalmente o por teléfono con nuestros amigos para despegar os de las redes y fortalecer los vínculos. . El tono de voz y los gestos son insustituibles a la hora de transmitir emociones.