El vino tinto es mucho más que una bebida: es cultura, tradición y placer compartido. Hablar de vino es hablar de historia y de identidad, sobre todo en países como Argentina, España, Francia o Chile, donde las bodegas y viñedos forman parte del paisaje y la vida cotidiana. Su popularidad trasciende fronteras porque es versátil, acompaña todo tipo de comidas y ofrece un universo de sabores y aromas que se adaptan a cada paladar.
Una de las claves para sumergirse en el delicioso mucho del vino tinto es saber que no todos son iguales. Su carácter depende de la uva con la que se elabora y del tiempo de envejecimiento en barrica o botella. No es lo mismo un Malbec argentino joven que un Cabernet Sauvignon reserva de Burdeos. Ambos son tintos, pero su textura, aroma y sabor pueden resultar completamente distintos.

Entender las diferencias ayuda a elegir mejor. Si buscas un vino ligero y fresco para una cena con amigos, seguramente optes por un joven Merlot. Si, en cambio, quieres un tinto con más cuerpo y complejidad para un asado o un guiso, un Malbec reserva o un Cabernet de crianza puede ser la mejor elección.
Tipos de vino tinto según la uva
Beber una copa de vino es un placer exquisito, pero también lo es el hecho de combinarlo con el plato adecuado. Cuando hablamos de “maridaje” nos referimos a la relación armónica entre el sabor de un vino y una comida.
Cada vino combina muy bien con cierto tipo o tipos de comida y viceversa. Al consumirlos al mismo tiempo, se realzan los sabores de ambos. Si te interesa sumergirte en este mundo fascinante, acompáñanos a descubrir los secretos de un buen sommelier.
En esta guía, vamos a repasar los tipos de vino tinto según la uva y el envejecimiento, para que cualquier amante del vino pueda animarse a explorar más allá de lo habitual.

Malbec, el emblema argentino
El Malbec es hoy sinónimo de Argentina, aunque su origen está en Francia. Es un vino de color intenso, con notas a ciruelas, moras y especias, que varía en frescura y potencia según la región donde se produzca.
Los Malbec de altura, como los del Valle de Uco, en Mendoza, suelen ser elegantes y con buena acidez, mientras que los de zonas más bajas ofrecen cuerpo y sabores más maduros. Ideal para acompañar carnes rojas, quesos curados y comidas con carácter.

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En general, es un vino que se puede tomar de manera fácil para los que no son muy aficionados a esta bebida. Si hablamos de su maridaje, te recomendamos combinarlo especialmente con carnes rojas, verduras como tomates (o platos con salsa de tomate) y morrones.
También hay una variedad de vino rosado Malbec. Se caracteriza por un sabor suave, con aroma a violetas y frutilla, y un gusto ligeramente ácido. Acompaña muy bien comidas como ensaladas, pescado, risotto, paella o carnes blancas.
Cabernet Sauvignon, intenso y elegante
Considerado el “rey de las tintas”, el Cabernet Sauvignon es un vino de gran estructura, con taninos firmes y notas a pimiento verde, grosellas y, en crianza, toques de vainilla y cuero. Es perfecto para guarda y suele mejorar con los años. Un clásico para comidas contundentes como estofados, osobuco, cordero y cortes parrilleros.
Es uno de los vinos tintos de mayor popularidad porque su uva es adaptable a una variedad de entornos naturales, lo que permite que se produzca en muchos lugares alrededor del mundo.
Su fragancia es deliciosa, en general con notas de vainilla, y su gusto es fuerte. Es muy común que tenga notas de roble, chocolate o grosella negra.
Marida muy bien con quesos fuertes como el roquefort, por ejemplo, carnes de caza o rojas y con platos que tengan un toque amargo.

Merlot, suave y accesible
El Merlot es una de las variedades más amigables para quienes se inician en el vino. De cuerpo medio, textura suave y sabores a frutas rojas maduras, ofrece tintos fáciles de beber y versátiles para maridar con pastas, pizzas y platos con salsas. Aunque menos intenso que el Cabernet, puede sorprender en sus versiones reserva.
Es un vino cuya producción es muy popular en Bordeaux, Francia, y en el norte de Italia. Son vinos con un profundo aroma de frutas, como moras y frutos rojos, y su gusto es especiado, con notas de pasas de uva, menta y ciruela negra.
La graduación alcohólica de este vino es alta. Su maridaje va por el lado de los quesos semicurados, el dulce de membrillo, las legumbres, los guisos y el risotto. También es ideal para acompañar carnes de caza.
Vino Oporto
Originario de Portugal, es considerado más un licor que un vino, ya que se toma en pequeñas cantidades (por tener alta graduación alcohólica) y porque es un vino tinto dulce.
La historia cuenta que, a fines del siglo XVII, buques ingleses desembarcaron en Oporto y fueron recibidos por el abad del monasterio más importante de la ciudad. Este último ofreció a los ingleses vino mezclado con un poco de aguardiente para suavizar su sabor. Esta mezcla se hizo popular y así fue como la industria vitivinícola comenzó a desarrollarse a gran escala en Portugal.
Es un vino que marida muy bien con los dulces, ya sea una cheescake, chocolate, alguna torta o helado con frutos secos o casi cualquier otro tipo de postre. El Oporto también tiene su variedad de vino blanco, dulce al paladar al igual que su hermano tinto.

Grenache, tan suave como “potente”
También llamado “garnacha”, es otro de los populares tanto en Europa como en América. Su sabor es suave pero hay que tener cuidado cuando se toma porque tiene una alta graduación de alcohol.
Se lo puede maridar con todo tipo de carnes, pescados de sabor intenso, quesos curados y ensaladas más “pesadas” con ingredientes como pollo, por ejemplo.
Shiraz o Syrah: notas especiadas y carácter robusto
La potencia de este tipo de vino viene de la combinación de su aroma floral y frutal con su delicioso gusto de toques ahumados. Si se presta especial atención a su aroma, se puede percibir la fragancia de trufas, tabaco y violetas.
Es un vino que combina con varios tipos de comidas: chocolate, asados, carnes de caza, guisos fuertes y caldos de legumbres, verduras y arroz.
Otras variedades: Pinot Noir, Bonarda y más
El mundo del vino tinto es vasto. El Pinot Noir, en cambio, es más delicado y elegante, famoso en Borgoña y Patagonia argentina.
También aparecen variedades como el Tempranillo en España, el Carmenere en Chile o el Bonarda en Argentina, cada una con identidad propia y propuestas distintas.
Vino espumoso
Es el menos conocido de los tintos, ya que lo espumoso se suele conectar con el vino blanco seco y el vino rosado. El vino tinto espumoso o “de aguja” de a poco se va haciendo más popular. Es originario de Australia y se elabora igual que el champagne: la fermentación se hace en la botella.
En general este vino tinto se hace con uvas de tipo Shiraz, pero a veces puede estar hecho con uvas Malbec, Pinot Noir o Merlot, aunque son la minoría.

Los tintos espumosos de Francia e Italia también son muy deliciosos. A este tipo de vino se lo marida con una gran variedad de alimentos porque es un vino muy versátil. Es uno de los mejores vinos para regalar, ya que siempre habrá una buena ocasión para brindar y disfrutarlo.
Tipos de vino tinto según el envejecimiento
Como dijimos, más allá de la uva existen distintos tipos de vino según su tiempo de envejecimiento:
- Vino reserva: son los que tienen un tiempo de envejecimiento de 36 meses como mínimo (12 meses deben ser en barrica).
- Vino joven: se trata de un vino tinto que se consume antes de cumplir un año de elaboración.
- Vino crianza: este tipo de vino tinto tiene un mínimo de 24 de envejecimiento, 6 de ellos son en barrica.
- Gran reserva: es la vedette de los vinos tintos. El tipo de vino gran reserva tiene un envejecimiento de 5 años y algo más, muy importante: 18 de esos meses deben ser en barrica.
Vinos jóvenes: frescura y ligereza
Los vinos jóvenes son aquellos que no pasan por barrica o lo hacen por poco tiempo. Se embotellan pronto y mantienen una frescura frutal que los hace ligeros y fáciles de tomar. Son perfectos para consumo inmediato y para quienes disfrutan de tintos suaves, ideales para días calurosos o comidas ligeras.

Vinos de crianza: equilibrio y carácter
Los vinos de crianza permanecen al menos un año en barrica y otro en botella antes de salir al mercado. Durante este proceso adquieren complejidad, integrando los aromas de la madera con los de la uva. Son equilibrados y versátiles, capaces de acompañar tanto carnes como quesos o guisos.
Reserva y gran reserva: complejidad y prestigio
Los vinos reserva suelen pasar mínimo un año en barrica y dos en botella, mientras que los gran reserva pueden tener hasta cinco años de envejecimiento. El resultado es un vino profundo, con aromas a tabaco, cuero, especias y fruta madura, que suele ser más costoso pero también más prestigioso. Son vinos para ocasiones especiales y para quienes disfrutan de tintos complejos.
Consejos para elegir el vino tinto ideal
Disfrutar los distintos tipos de vino tinto con un plato a medida es una experiencia gastronómica increíble, un viaje de ida que cualquier adulto puede aprender y disfrutar.
Elegir un vino no tiene que ser complicado. Algunos tips simples pueden ayudarte:
- Piensa en la ocasión: un joven para reuniones informales, un crianza para una cena y un reserva para celebrar.
- Maridaje básico: vinos ligeros con platos livianos, vinos con cuerpo con comidas intensas.
- Animarse a probar: cada variedad ofrece un viaje distinto; no te quedes solo con el Malbec.
- No importa tanto el precio: hay vinos excelentes en gamas medias, lo importante es explorar.

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Preguntas frecuentes sobre el vino tinto
¿Cuál es el vino tinto más suave?
El Merlot y el Pinot Noir suelen ser opciones suaves, fáciles de beber y de maridar con platos simples.
¿Qué diferencia hay entre crianza y reserva?
El crianza pasa menos tiempo en barrica y es más ligero, mientras que el reserva tiene mayor guarda y ofrece sabores más complejos.
¿Qué vino elegir para un asado?
El Malbec argentino es la combinación ideal para carnes a la parrilla, aunque también funcionan bien el Cabernet Sauvignon y el Syrah.

Un mundo para descubrir
El universo del vino tinto es tan diverso como fascinante. Explorar distintas variedades y estilos de envejecimiento es una forma de viajar a través de aromas, sabores y paisajes. Cada copa cuenta una historia y refleja la identidad de una región. Ya sea un Malbec de altura, un Merlot joven o un Cabernet reserva, siempre habrá un vino tinto esperando sorprenderte.
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