Leonardo Di Caprio y todo el equipo de “Revenant: El renacido”, filmaron en la Argentina, en el paisaje nevado a orilla del río Olivia, en Ushuaia, debido a un prematuro deshielo de la zona fronteriza entre Dakota del Norte y Canadá donde tuvieron lugar las principales escenas del filme.
El actor aprovechó su estadía en Tierra del Fuego, según informó Télam, para grabar escenas de un documental sobre cambio climático, que produce su fundación, interesada en temas ambientales a escala global.
En esa estadía alquiló un catamarán y mientras navegaba por el Canal de Beagle, entrevistó a tres investigadores del Centro Austral de Investigaciones Científicas (CADIC), dependiente del Conicet.
Uno de los científicos entrevistados por el actor fue el propio director del CADIC, el geólogo Jorge Rabassa, mientras que los otros fueron el biólogo Adrián Schiavini y la arqueóloga Mónica Salemme.
“Fueron cinco horas de entrevista, en varias tomas, y en un clima que en nada difiere del que se genera en cualquier nota periodística. Si hay algo para destacar es que nunca nos hizo sentir su condición de celebridad o de actor famoso”, remarcó Schiavini.
“Como él venía de estar en Canadá y en el Ártico, la idea era contrastar esa experiencia con lo que ocurre en latitudes tan opuestas del mundo, aunque al final terminamos hablando de otros temas ambientales, como el monocultivo de soja o el fracking (la técnica para incrementar la extracción de gas y petróleo)”, aseguró Schiavini.
Según los investigadores, DiCaprio no es ningún improvisado en asuntos ambientales y les contó que en otra etapa de su vida había querido ser biólogo.
“Conocía muy bien temas como la evolución de la fauna prehistórica de América, y estaba muy al tanto de lo que preguntaba. Incluso sabía de cuestiones como el incremento de emisiones de metano en los océanos derivado de la temperatura. No se mostró de ningún modo como un analfabeto en cuestiones ambientales”, remarcó el investigador del CADIC.
La entrevista que realizó el actor sobre calentamiento de la Tierra incluyó desde el derretimiento de los glaciares hasta el efecto del aumento de las temperaturas sobre la fauna de la zona, pasando por la interrelación con el ambiente que mantuvieron los primitivos pobladores de Tierra del Fuego.
“En general coincidimos con él en que, aunque el cambio climático se produzca por un efecto natural, y no por la actividad del hombre, es innegable que el hombre ha acelerado el proceso, con lo que no se pueden negar las responsabilidades humanas por la emisión de gases invernadero”, concluyó el científico.
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