Los días de Semana Santa son muy significativos, y cargados de simbología. El sábado Santo es un día de luto. El día en que el Maestro Jesús muere. Es un día especial para trabajar con temáticas de duelos, y por sobre todo, para dejar ir aquello que ya debe morir dentro nuestro.
Muchas veces dejamos emociones, pensamientos, nudos mentales, viejas angustias y miedos estancados dentro nuestro. Hábitos que lastiman, boicots, limitaciones auto infligidas, nudos familiares y kármicos.
El día es propicio para dejar ir. Estamos trabajando el Eje Tauro Escorpio, el Sol se encuentra recién ingresado en Tauro y la Luna pierde luz en Escorpio. El eje Tauro Escorpio es el eje de la vida y de la muerte. Un eje cíclico. Para que lo nuevo entre, algo debe morir. Para que ingresen nuevas energías, lo que ya está estancado debe ser removido. Para generar creencias nuevas, debemos soltar aquellas que nos amarran y nos dejan quietos.
El cambio es vida, movimiento, circulación. La muerte es estática, fija e inamovible. Para que la nueva vida y energía entren, algo debe dejar de ser
Hagamos un compromiso con los cambios, movámonos aunque la zona de confort nos llame.
Recordemos que Jesús cargó sus cruces, soltó su cuerpo físico, para luego poder renacer a un nuevo estadío espiritual, a una nueva forma. Sigamos su ejemplo. Abracemos la vida.
- Por astróloga Julieta Suárez Valente.
Seguí leyendo
- Sahumerios: el secreto para atraer lo que deseás
- Luna Llena de Semana Santa: cómo gestionar días de energías de alto voltaje
- 10 beneficios del Palo Santo, la “madera sagrada”
- Tarot para principiantes: guía sencilla para empezar a tirar las cartas
- Tabaco, drogas y alcohol: cómo afectan los chakras del cuerpo
- Las mejores cábalas para año nuevo: arrancá el 2019 con buena suerte
- La ciencia lo confirma: la meditación sí cambia el cuerpo y la mente
- Secretos de la India: ejercicios de Yoga Nidra para dormir mejor
- Diferencia entre Yoga y Pilates: lo que tenés que saber
- En la India las escuelas enseñarán cómo ser feliz, basándose en las premisas de Dalái Lama