Gabriel Victoria viste cada semana la camiseta verde de la Autoridad de Aseo de la Ciudad de Panamá para recoger la basura de las calles, pero ese uniforme lo cambiará el 14 de junio para vestir la indumentaria de juez, pararse en la línea de los estadios rusos y hacer cumplir el reglamento a las selecciones de fútbol en el Mundial de Rusia 2018.
Padre de tres hijos y abuelo de dos nietos, es el proveedor del sustento familiar. Su sueldo como juez de línea solo le representa un ingreso mínimo de 100 dólares
A partir de su entrenamiento y cursos internacionales, Victoria empezó este oficio hace 25 años en partidos locales. Pero el salario no le alcanzaba para sus gastos personales y alternaba su profesión con la recolección de basura.
Él es Gabriel Victoria. Es árbitro asistente en Panamá, pero como el sueldo no le alcanza, trabaja también como recolector de basura. La FIFA lo escogió para ser árbitro asistente durante el Mundial. Qué historia. 👏
[ via @TReporta ] pic.twitter.com/YeHtReji3o— Juez Central (@Juezcentral) 22 de mayo de 2018
Sus amigos celebraron que participe en el Mundial de Rusia, valoran el triunfo de un compañero que, como ellos, “viene de abajo”, es decir que ha luchado y se ha enfrentado a diferentes adversidades para llegar a donde está. Sus compañeros en el camión de la Autoridad de Aseo esperan, en medio de palmadas de amistad, que le vaya muy bien y que el Gobierno le reconozca a su regreso, la representación del país.
Tomó la decisión de ser árbitro cuando se dio cuenta que podía liderar grupos
No es la primera vez que este juez de línea llega a una cita del mundial de fútbol, pero sí del mundial de mayores. La Fifa lo había convocado como asistente para la Copa Mundial Sub-20 que se disputó en Nueva Zelanda, también asistió al campeonato Mundial Sub-17 en el territorio de India.
Varias entidades se han sumado en el apoyo a Victoria. Le han regalado zapatillas, maletas, sudaderas y cheques en dólares, para que el guardián del juego tenga un viaje cómodo hasta el país más grande del mundo.