La relación entre la ansiedad en los niños y los patrones de crianza es estrecha. Según especialistas del Centro de Estudios Especializado En Trastornos de Ansiedad (CEETA), transitar la paternidad/maternidad supone experiencias que pueden disparar trastornos de ansiedad en los padres, algo que termina afectando directamente a los niños.
Si bien la llegada de un bebé es un hecho muy esperado y feliz en la vida de la mayoría de las parejas, la llegada de un hijo puede en algunos casos producir trastornos de ansiedad en la madre y en el padre, como el trastorno de pánico, que puede resultar incapacitante para la persona que lo sufre y afectar al niño. “El solo hecho de que nazca un hijo y una se convierta en madre, implica un alto grado de estrés porque, sobre todo en el caso de una mamá primeriza, hay un montón de lenguaje a decodificar a través del llanto del bebé para saber qué es lo que le está pasando. Este estrés puede llegar a elevarse demasiado en mujeres que tienen una predisposición a sufrir ataques de ansiedad, lo cual es muy problemático ya que la persona puede quedar incapacitada para realizar distintas actividades de su vida cotidiana”, explica la Lic. Gabriela Martínez Castro, directora del CEETA.
Para los padres que sufren un trastorno de ansiedad, el temor más grande es que le suceda algo grave a su hijo, como que se enferme o tenga un accidente, algo que dispara en su cabeza fantasías que generan mucho sufrimiento. Según Martínez Castro, el tipo de trastorno de ansiedad más común que sufren las madres primerizas, o las que acaban de tener un hijo, es el trastorno de pánico, en el que se presentan distintos síntomas físicos: “la paciente experimenta la sensación de estar cerca de la muerte, o la locura, sufre taquicardia, falta de respiración, ahogo, entre otros efectos”.
Padres de futuros hijos ansiosos
Desde el CEETA explican que muchas madres que son hipertemerosas con respecto al cuidado de sus hijos, están esculpiendo a futuro personas con trastornos de ansiedad. Las personas con predisposición a sufrir trastornos de ansiedad generalmente son bastante protectoras, controladoras, temerosas y, por supuesto, en todos sus pensamientos se anticipan a lo peor que puede suceder. “Una de las consecuencias más importantes que puede tener un trastorno de esta naturaleza es que los hijos repitan un trastorno de ansiedad tal cual lo tienen los padres”, advierten.
Para padecer un trastorno de ansiedad tienen que cumplirse tres condiciones:
Recomendaciones
La licenciada Martínez Castro recomienda que los padres trabajen sobre sus propios pensamientos catastróficos a futuro, que es el paso inicial para poder curar este tipo de trastorno. Para trabajar esta ansiedad anticipatoria, sugiere someterse a un tratamiento de tipo breve, cognitivo-conductual, en el que se trabaja focalizadamente y se ven resultados en cortos períodos de tiempo.
Durante la terapia uno de los ejercicios más típicos a realizar es el afrontamiento, que consiste en poder afrontar de forma gradual y progresiva -habiendo trabajado antes sobre los pensamientos de tipo anticipatorios y catastróficos- aquello que se teme.
“De esa manera, este tipo de aprendizaje que va adquiriendo la persona se va generalizando a otras áreas de su vida, hasta que no hace falta hacer todo para probar que nada catastrófico va a suceder. Con hacer algunas cosas puntuales es suficiente”, finaliza.
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