Prevenir en familia no es sólo anticiparse a los problemas, también es educar. Esto implica transmitir valores y actitudes, fortalecer habilidades y comportamientos
que ayuden a los hijos a crecer y desarrollarse en forma integral, plena y sana.
Las investigaciones identifican una serie de factores que disminuyen la
probabilidad de que alguien del núcleo familiar comience a consumir drogas. Son
los llamados factores protectores y entre ellos, destacan:
- Fuertes vínculos con la familia: Cuando los padres tienen un buen nivel de comunicación, preocupación y atención con sus hijos/as, disminuye la probabilidad de consumo en los hijos.
- Padres involucrados: saben dónde están sus hijos, qué hacen, con quiénes
se relacionan y adónde van; conocen sus problemas, intereses y necesidades.
Estudios demuestran que se disminuye hasta tres veces las probabilidades de
consumo. - Padres informados sobre las drogas y sus efectos.
- Fuertes vínculos con la escuela: buen diálogo con los docentes, desde una postura de respeto hacia la institución escolar.
- Normas claras de conducta: dentro de la familia. Los padres protegen a sus
hijos cuando establecen normas claras, bien definidas y comunicadas y adaptadas a
la etapa de desarrollo de los hijos/as. Los límites demuestran amor. Cercanía,
apoyo emocional y trato cálido y afectuoso a los/as hijos/as. - Fortalecimiento y desarrollo: de habilidades personales y sociales de cada hijo: autonomía, autocontrol, autoestima, resistencia a la presión del grupo y capacidad para resolver problemas y conflictos personales.
- Actitud y comportamientos preventivos: frente al consumo de drogas por parte de los padres. Padres y hermanos conscientes de su rol de modelos y ejemplos de vida sana.
- Estilos de comunicación: y resolución de conflictos adecuados, no violentos,
entre los miembros de la familia.
Factores de riesgo
Estudios sobre factores asociados al consumo identifican, asimismo, una serie de
factores de riesgo en el funcionamiento familiar que aumentan la probabilidad de que tus hijos inicien el uso de drogas. Entre ellos aparecen:
- Deficiencias en las habilidades educativas y prácticas de manejo familiar de los
padres. - Familias disfuncionales
- Inadecuada resolución de conflictos
- Conflictos y problemas de relación entre padres e hijos.
- Trastornos mentales y comportamientos violentos de los padres y/o adultos significativos.
- Historia de alcoholismo y de abuso de drogas en la familia.
- Predisposición genética.
La prevención comienza desde la panza de la mamá. Con la adquisición de un buen vínculo madre-hijo, con un padre afectuoso ejerciendo firmemente su función, con una correcta puesta de límites
Claves para evitar que tus hijos tomen drogas
1. Fomentar la seguridad en sí mismos: aceptarlos como son, valorar sus avances y
logros, manifestar amor y cariño, crear expectativas ajustadas a la realidad
personal.
2. Ayudarlos a madurar: darles la oportunidad de tomar decisiones personales,
darles autonomía y fomentar responsabilidades, adaptarse a las nuevas exigencias
de los hijos en función de la etapa del desarrollo.
3. Enseñar autocontrol: enseñarles a dirigir adecuadamente sus emociones a través
del diálogo y el ejemplo, hábitos de autocuidado, estilos de vida saludables, control
de los impulsos, normas y límites claros.
4. Establecer lazos sociales y familiares: buscar el apoyo de redes sociales y
fortalecer una adecuada identidad familiar segura y cálida, pero permeable,
fortalecer el diálogo y la comunicación con los parientes, la escuela y los amigos.
Fuente: Grupo de Adicciones de la Sociedad Argentina de Pediatría
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