Según datos de un estudio de la Academia Americana de Pediatría, más de 230.000 niños fueron tratados en las salas de urgencias a causa de lesiones relacionadas con los andadores infantiles, entre 1990 y 2014, lo que equivale a unos 9 mil accidentes por año.
La mayoría de las lesiones (91%) fueron en la cabeza o el cuello e incluyen fracturas de cráneo y conmociones cerebrales.
Las tres causas principales de lesiones:
- Caídas por las escaleras (74,1 por ciento).
- Caídas hacia fuera del andador (14,7 por ciento).
- Lesiones ocurridas porque el andador dio al niño acceso a algo que normalmente no podría alcanzar: quemaduras, envenenamiento y ahogamiento (un 2,8%).
“Los andadores infantiles proporcionan una rápida movilidad a niños pequeños antes de que estén listos por su desarrollo. Deberían prohibirse. No sólo no enseñan a caminar sino que son peligrosos”, sentencia el estudio.
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La investigación sobre andadores de bebé
Los expertos se propusieron investigar las características epidemiológicas de las lesiones relacionadas con el andador infantil entre los niños de menos de 15 meses de edad que fueron tratados en los departamentos de emergencia de los EE. UU.
Se calcula que entre 1990 y 2014 se trataron 230 mil niños por lesiones relacionadas con andadores en los departamentos de emergencia de EE. UU. La mayoría de los niños sufrieron lesiones de cabeza o cuello (90,6%) y 74,1% resultaron lesionados al caerse escaleras en un andador infantil.
Entre los pacientes que ingresaron en el hospital (4.5%), 37.8% sufrieron una fractura de cráneo. Entre 1990 y 2003, las lesiones y lesiones relacionadas con el caminante en general relacionadas con la caída de las escaleras disminuyeron en un 84.5% y 91.0%, respectivamente.
El número promedio anual de lesiones disminuyó en un 22.7% (P = .019) durante el período de 4 años después de la implementación del estándar de seguridad obligatorio federal en comparación con el período de 4 años anterior al estándar
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Andadores peligrosos
“Las lesiones relacionadas con caminantes infantiles disminuyeron después de la implementación de la norma de seguridad obligatoria federal en 2010. Esta disminución puede ser, en parte, atribuible a la norma y otros factores, como la disminución del uso de andador y menos andadores de edad avanzada en hogares”, dice el estudio.
A pesar de la disminución de las lesiones, los caminantes infantiles siguen siendo una fuente importante y prevenible de lesiones entre los niños pequeños, lo que respalda el llamado de la Academia Estadounidense de Pediatría para prohibir su fabricación y venta en los Estados Unidos.
Según la Aociación Española de Pediatría, “los andadores no aportan ningún beneficio para que los niños aprendan a caminar, y además multiplican el riesgo de accidentes”.
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“El mejor andador es el que NO se usa”
El lactante para iniciar la marcha antes inicia el gateo, aprende a incorporarse con apoyo, se mira sus pies al iniciar sus primeros pasos, alcanza y manipula objetos a su alcance para experimentar, desarrollar sus cualidades táctiles, olfativas, visuales,… Un niño en un andador no puede hacer nada de ésto: no ve sus pies, no alcanza los objetos del suelo… El andador es un objeto que le priva de todas esas experiencias. Los niños que usan andador inician la marcha autónoma más tarde, pero este retraso se compensa o se iguala a los 15 meses.
Si el andador aumenta la probabilidad de los accidentes en lactantes, y además no favorecen su desarrollo psicomotor, no hay ningún argumento válido para seguir usándolos
En todos los países de nuestro entorno cultural, las sociedades profesionales desaconsejan el uso del andador, hasta tal punto que está prohibida su publicidad y comercialización en Canadá, y es un apartado que la Unión Europea incluye a la hora de evaluar la seguridad infantil en los países miembros, aunque ninguno ha dado el paso de prohibir este objeto de consumo.
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