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300 personas murieron ahogadas en Alemania en lo que va del 2018. Éste es un número inusualmente alto en un verano, en el hemisferio norte, que está rompiendo todos los récords de temperatura.
Entre las personas ahogadas trascendió que 20 eran menores de 15 y otros 40 tenían entre 16 y 25 años; y, según la Asociación Alemana de Bañeros, los responsables de que esto haya pasado son los padres, absortos en la pantalla de sus teléfonos.
En vez de tener un ojo en los chicos cuando se están bañando, en la playa o en un lago, los adultos están mirando la pantalla, y no llegan a reaccionar a tiempo ante un accidente, afirman desde la Asociación, la más grande en su tipo del mundo, con 40.000 miembros.
“Los padres y abuelos no aplican una regla básica: cuando tus hijos o nietos están en el agua, guardá el smartphone”
“La gente trata a las piletas como un jardín de infantes y no prestan atención”, dicen desde la Federación Alemana de Supervisores de Piscinas.
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