Los datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) son alarmantes. Esta entidad dice que 1 de cada 5 niños son víctimas de violencia sexual, incluido el abuso sexual, y que esto afecta a niños de todas las edades, razas, clases sociales y religiones. Generalmente se da en entornos cercanos y de confianza, es decir, con tíos, abuelos, primos mayores, profesores, vecinos o amigos de los padres.
Y para la enorme mayoría de los padres se trata de una problemática muy difícil de abordar, principalmente por falta de información sobre cómo manejar el tema. Lo cierto es que no hay oportunidad de hacerse los distraídos. El flagelo avanza. Solo en Holanda, durante el 2016 se registraron el doble de denuncias contra pedófilos y pornografía infantil en la Policía, en comparación al 2015.
A partir de estos datos y por su experiencia como educadora, la trabajadora social holandesa, Petra Duijzer, decidió idear una estrategia para frenar los abusos sexuales, educando a los niños a través del juego.
Esto fue lo que dio origen a Safe Kids (Niños a Salvo), un juego de mesa que pone el tema al alcance de los chicos, para que sepan de que se trata y aprendan a marcar límites y a decir “no” cuando alguien pretende exceder los límites sexuales.
“Se trata de que sepan (los niños) qué tipo de contacto es normal, qué hacer si un extraño te añade a las redes sociales, o si tu entrenador de fútbol te pide que te quites tu ropa interior. Se trata de que lo detecten”, explicó la creadora del juego, Petra Duijzer.
Safe Kids no se vende en cualquier parte, porque está creado para su uso educativo en salas de clase y es necesaria una capacitación previa a los docentes antes de empezar a aplicarlo con los niños.
Hay que saber dirigir la conversación y estar entrenado para ello. Quizás sea necesario usarlo bajo vigilancia.
El juego tiene cinco temáticas: construir la confianza, desarrollar la resistencia, la educación sexual, los límites psíquicos (a decir no o parar) y el descubrimiento de las inseguridades, explica su creadora.
En sí, el juego está inspirado en el juego de la oca y ayuda a los niños a concienciarse con preguntas e iconos sobre los límites sexuales. Consiste en un tablero, tarjetas con preguntas e íconos sobre los límites sexuales, cinco fichas y un dado y se juega por etapas.
– La primera etapa se basa en generar un vínculo de confianza con el educador a través de preguntas básicas para que el niño se sienta seguro.
– La segunda etapa tiene por objetivo hacerle darse cuenta al niño que él tiene capacidad para decidir sobre sí mismo, de permitir o rechazar algo.
– La tercera etapa consiste en dar nociones básicas de educación sexual a los niños.
– En la cuarta etapa se comienza a enseñarle que no debe tener miedo y que estas situaciones hay que comunicárselas a los profesores y a los padres.