Podríamos pensar a piori que una familia con hijos pasa muchas horas del día en contacto directo, compartiendo actividades que van desde el desayuno hasta las horas previas a irse a dormir. Sin embargo, para algunas de ellas, esos dos momentos quizás sean los únicos del día que se comparten. Y en muchos casos ni siquiera esos instantes se pasan en conjunto.
Las familias con hijos van atravesando distintas etapas a medida que los chicos crecen. Por eso, las vacaciones son un momento crucial donde se ponen en juego las necesidades de cada integrante. Y donde a diferencia de lo que ocurre durante el resto del año, son muchas las horas y las actividades que se llevan a cabo en estrecha comunidad familiar.
Mientras los hijos son niños, la decisión unilateralmente depende de los padres o adultos a cargo, claro que se trata de buscar los lugares donde ellos puedan disfrutar, que haya entretenimiento apto para sus edades, juegos, y las diferentes propuestas que se encuentran para ello.
“Cuando los niños van creciendo manifiestan sus gustos, por sí o por no, a los planteos familiares, desde llevar a un amigo /a hasta las preferencias de lugares.” nos dicen desde la Asociación Argentina de Counselors.
Y agregan “Esto puede generar diferencias entre los padres y los pre o adolescentes, ciclo vital donde el chico busca la individuación, diferenciarse de los adultos, en especial de los padres, un ciclo natural y normal, pero psicológicamente de conflicto, que para los padres a veces es desgastante. Por eso, si podemos acompañarlos en este proceso y permanecer amorosamente, aun con las pautas de cada hogar, lograremos una convivencia en armonía con ese adolescente que está buscando afirmar, reconocer, su propia identidad.”
Conocer a nuestros hijos y estar presentes es lo que nos hace conocerlos verdaderamente. Mientras va aconteciendo, algunos padres comparten sus vivencias en espacios de acompañamiento en Counseling.
BuenaVibra tomó nota de estas situaciones y comparte hoy está serie de consejos para poder conciliar y disfrutar juntos.
“Si bien como padres afrontamos situaciones comunes, no todos podemos resolver de la misma manera, ya que los hijos aunque nacidos de nosotros tienen gustos y personalidades diferentes. El diálogo respetuoso y amoroso en la adolescencia tiende a producir buena cosecha en las relaciones para un mejor entendimiento y bienestar mutuo.” concluyen los especialistas.
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