El 26 de agosto Agustín Salas, de 23 años, rindió la última materia que le faltaba para recibirse de abogado. La nota fue un 9 y su felicidad no tenía límites, a pesar de que la pandemia no había permitido que su familia acompañara físicamente este momento.
Nativo de Orán, en la provincia de Salta, comenzó a estudiar Derecho en la Universidad Nacional de Tucumán en 2015. “Me vine cuando terminé el secundario porque acá ya estaba mi hermana mayor, Lucía, estudiando Psicología. Llegué con la idea de arrancar con el profesorado de Educación Física, pero no me convenció y me anoté en Derecho”, recuerda Agustín.
Su historia se conoció después de que él mismo publicara en su cuenta de Twitter el video donde le cuenta a su abuelo, Roberto Salas (80), que se había recibido de abogado.
“Quizá no estoy con todas las personas que quiero, pero para mí el tiempo vale muchísimo. SOY ABOGADO LOCOOOO y lo hice explotar de felicidad a mí abuelo y se me explota el corazón”, escribió Agustín.
“Quizá no estoy con todas las personas que quiero, pero para mí el tiempo vale muchísimo. SOY ABOGADO LOCOOOO”
Con la complicidad de su hermana, que logró viajar a Salta antes de que se cerraran las fronteras por la pandemia del COVID-19, tras rendir el examen, Agustín propuso hacer una videollamada con su abuelo y su mamá, María, quien tampoco estaba al tanto de que su hijo se había graduado.
“¿Sabés lo que te quería contar? Me acabo recibir”
Así le dijo el joven a su abuelo, que lo miraba incrédulo desde la pantalla de su computadora.
La reacción del hombre de 80 años, cerrando los puños, como un boxeador que acaba de ganar una pelea, emocionó a la comunidad tuitera
“Qué alegría que me das papá, qué alegría papá yo siempre le pedí a Dios gracias, papá. Gracias a tu abuelita, a tu abuela, qué lindo, papá, qué lindo mi viejo te felicito que seas feliz toda la vida, que seas feliz papito, que sea feliz hijito”.
De fondo, entre lágrimas se escucha el llanto de la mamá de Agustín, que tampoco podía creerlo. Mientras tanto “Don Salas”, como lo llaman los vecinos en su barrio, seguía celebrando.
“Me siento orgulloso, papá. Vamos, papá todavía. Sos el gol de mi vida. Dios te bendiga en nombre de tu abuelita, que tanto te quería. Vamos papito querido ya la vida me dio todo papá”
En Diciembre de 2019 Agustín pasó las fietas con su familia en Salta y nn enero, regresó a Tucumán con la idea de estudiar para rendir las últimas dos materias que le quedaban pendientes y no pudo volver a verlo en persona.
Agustín habla de su abuelo y dice: “Mi abuelo es como mi papá. Yo me crié sin padre y, por lo tanto, él siempre cumplió ese rol. Cuando era chico me llevaba al jardín, íbamos a pescar… Somos muy compinches. Él es todo para mí y yo soy todo para él”, apunta el joven todavía emocionado por el alegrón que le dio a su nono.
“Lo extraño un montón. Hablamos por teléfono todos domingos y, cuando mi mamá va a llevarle comida, hacemos una videollamada”, cuenta Agustín.
Roberto Salas tiene 80 años y es viudo desde hace tres. Padre de tres hijos y abuelo de seis nietos, según los medios locales es jubilado del Concejo Deliberante de Orán como secretario Legislativo.
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