Gavel es un cachorro de ovejero alemán que tuvo que enfrentarse a un cambio difícil en su vida cuando debió abandonar la academia de policía de perros por ser demasiado sociable.
Es que en lugar de hacer frente a los criminales endurecidos, el cachorro disfrutaba encontrandose con extraños, y la policía sentía que “no mostraba la aptitud necesaria para una vida en la primera línea de defensa”.
La historia tuvo lugar en el estado de Queensland, en Australia. Allí, el cariñoso perro era entrenado para colaborar en operativos de seguridad o detectar narcóticos pero dada su predilección por jugar y recibir caricias no pudo seguir su adiestramiento.
Por suerte, Gavel había sido criado en la residencia oficial del gobernador de Queensland desde que tenía seis semanas de edad. Por lo que el funcionario le encontró un nuevo trabajo.
Gavel fue adoptado por los empleados de la gobernación, y ahora el animal participa de distintos eventos sociales, recibe a los visitantes y hasta participa de algunas reuniones oficiales del gobernador, que suele publicar fotos con el perro en las redes sociales.
Gavel se ha convertido en una parte “valorado y muy querido” de la Casa de Gobierno. “Gavel en ocasiones se sienta en las reuniones de gabinete “, dijo un portavoz de la oficina del gobernador.