La ciencia lo confirma: los perros y sus dueños se parecen

En un espiral de retroalimentación, a medida que pasa el tiempo, los perros y sus dueños se van pareciendo entre si cada día más. Y esto ya no es apenas una suposición o una apreciación subjetiva. Ahora la ciencia lo ha estudiado y lo confirma.

En principio, los rasgos físicos que nos resultan más familiares, aquellos con los que estamos más habituados porque los vemos a diario en el espejo son los que nos harán sentir más cómodos cuando los vemos en otros y eso incide cuando elegimos a alguien para que sea nuestro compañero. Al parecer, esto aplica tanto para seres humanos, al elegir amigos o pareja como para cuando elegimos nuestras mascotas.

Pero no queda aquí la cosa. Un gupo de investigadores de la Universidad de Viena, Austria, se propusieron otorgarle un enfoque científico a la típica asociación de carácter entre perro-dueño. La conclusión a la que llegaron es que se genera un círculo de retroalimentación entre mascotas y propietarios ya que los dueños eligen a sus perros por esa comodidad que surge de rasgos identificables pero a su vez, los animales van copiando el comportamiento de sus dueños.

Los investigadores en Austria dicen que los perros pueden reflejar la ansiedad y la negatividad de los dueños. Y los perros que son relajados y amistosos pueden transmitir esto a los seres humanos, tal vez ayudando a sus dueños a lidiar con el estrés.

Los científicos de esta Universidad convocaron a 132 personas junto a sus perros y analizaron a ambos con pruebas de comportamiento.

Observaron cómo respondían a ciertas amenazas y monitorearon marcadores físicos como la frecuencia cardíaca y muestras de saliva para detectar la hormona del estrés cortisol.

A continuación, los propietarios fueron evaluados por los cinco grandes rasgos distintivos de la personalidad: estabilidad emocional, extraversión, apertura a la experiencia, amabilidad y conciencia.

La doctora Iris Schoberl, de la Universidad de Viena, dijo que tanto los dueños como los perros influenciaron mutuamente los mecanismos de afrontamiento de situaciones, reconociendo que los seres humanos fueron más influyentes que los perros en esta retroalimentación de personalidad.

“Nuestros resultados muestran que los perros y los dueños son díadas sociales, es decir, parejas de dos seres especialmente vinculados entre sí, y que se retroalimentan influyendo en su comportamiento” explicó la científica.

Cuanto más ansioso y neurótico resultaba el dueño, descubrieron, el perro desarrollaba también esas cualidades negativas.

Los resultados, publicados en la revista PLOS, demuestran que los perros, quienes han vivido junto a los seres humanos por más de 30.000 años, pueden recoger información emocional de la gente y ajustar su comportamiento en consecuencia.