En un nuevo gesto que lo enaltece y que vuelve a mostrar al mundo sus hermosas prioridades, el papa Francisco bautizó al hijo de siete meses de su amigo cartonero. Sergio Sánchez, dirigente del Movimiento de Trabajadores Excluidos (MTE), vive en Villa Fiorito, un barrio humilde de Buenos Aires, logró viajar hasta Roma, para celebrar la ceremonia en la capilla Santa Marta.
El niño, hijo de Sánchez y de Jaqueline Gómez, se llama Francisco. “Francisquito nació el 20 de marzo y queríamos que el Papa lo bautizara”, comentó Sánchez, quien visitó el Vaticano vestido de cartonero. “A Francisquito tampoco lo vestimos de gala, sino de trabajador, con un pantalón y una camisita blanca, normal”, agregó, orgulloso y feliz.
Sánchez conoce al Papa desde su época como cardenal, cuando era “Bergoglio”, y participó en la organización de la misa anual que Bergoglio celebraba en la Plaza Constitución para los cartoneros. Cuando asumió su pontificado, la presencia de Sánchez en Roma sorprendió al mundo. Vestido con la típica ropa de trabajo, participó de la celebración junto a presidentes de todo el Globo y la realeza de Europa.
Los papás del bebé decidieron llamarlo Francisco y lo llevaron a la capilla de Santa Marta sin ninguna gala, con la humildad propia de su familia
Sergio Sánchez tiene 50 años y tiene otros dos hijos de 13 y 15 años. “Francisquito” es el primer hijo de su nuevo matrimonio con Jacqueline Gómez, de 27 años, que está embarazada de tres meses, esperando una nena.
Para ella, el bautismo fue un sueño. “Fue la primera vez que vi al Papa, fue una emoción muy grande estar al lado de alguien tan importante. Fue una experiencia única que bautizara a mi primer hijo, lloré un poco y me quedé sin palabras. Es una bendición lo que estoy viviendo”