Hacía apenas diez minutos que los jugadores de Boca empezaban su entrenamiento público para los hinchas cuando un episodio frenó los cantos y dejó a todos boquiabiertos: un hincha burló la seguridad, saltó la reja y se metió en la cancha corriendo. La policía rápidamente lo tomó del cuello y empezó a retirarlo pero Carlos Tévez intercedió, pidió que lo soltaran y se lo llevó unos metros para tranquilizarlo. Ante los abrazos y la euforia del fanático, le regaló su remera y, enseguida, a pedido del técnico, dejó que lo retiraran. El hombre, eufórico, se sacó una gorrita que llevaba y se la dejó a ídolo de Boca.
“Bombonerazo”: Carlos Tevez rescató a un hincha que se metió al campo de juego y se ganó otra ovación
Si bien muchos periodistas consideraron que el “buen” recibimiento del jugador al intruso no era un buen ejemplo y que podía dar lugar a que otros intentaran meterse en la cancha de la misma manera, el gesto de Tévez fue emocionante y le puso una cuota de adrenalina extra a un Bombonerazo sin antecedentes.
El liderazgo de El Apache es claro y contundente y la gente lo ovacionó. La vibra de Tévez es muy especial para el equipo. El día del empate con River, se lo vio a Carlos alentar fuertemente al equipo cuando abandonaba la cancha con el ánimo por el piso: “Vamos, con la cabeza arriba, no estamos muertos!”, les gritaba a sus compañeros mientras se retiraban al vestuario.
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Carlos Tevez entiende como pocos lo que Boca vivirá el fin de semana. “Esta final no es por mí, es por la gloria del club. Quiero estar ahí”, dijo, y esta semana, a días de la esperada final de la Copa Libertadores en el Monumental, invitó a todos a un asado en su casa.
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