En un mundo donde el aislamiento y la soledad se han convertido en un problema que dispara la prevalencia de la depresión, el cohousing o viviendas comunitarias o colaborativas se ha vuelto una excelente opción para vivir mejor, sentirse acompañado y bajar costos.
Cohousing
Se trata de modelos residenciales que proponen una forma de vida que recupera valores solidarios y de colaboración mutua entre personas que viven en proximidad. Pero lo más interesante es que este modelo, que avanzó en su primera etapa de la mano de una mayor longevidad, se está expandiendo a todas las edades.
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Qué es el cohousing
El cohousing es un modelo alternativo a la vivienda convencional, que combina vida privada en departamentos o cabañas con una amplia zona compartida, autogestionada por la comunidad de vecinos.
Cuando nació el cohousing se convirtió en una excelente opción para adultos mayores, por ofrecer un ambiente comunitario que atiende a sus necesidades específicas y promueve su autonomía.
El cohousing cosechó mucho interés en Europa y Estados Unidos porque, justamente, se diferencia tajantemente de lo que es una residencia para ancianos, donde se ocupan cuartos individuales y se comparten espacios comunes para comer, ver televisión, conversar o jugar.
En el modelo cohousing cada persona o pareja tiene su propio inmueble, que se integra a un complejo parecido a un vecindario
Esta tendencia arquitectónica es una alternativa urbana que pone el acento en convivir en comunidad, con espacios compartidos y viviendas privadas.
“Llega un momento en el que las personas se hacen mayores y se dan cuenta que el tipo de vivienda en el que han criado a sus hijos no es realmente lo que ellos necesitan en ese momento”, explica José Luis Suárez, director ejecutivo de Livingcohousing, una empresa española que desarrolla este tipo de urbanizaciones para adultos mayores y para familias.
Propuestas para mayores
En el caso de las propuestas para mayores, tanto las residencias privadas como los espacios comunes están diseñados específicamente para atender a las personas en la medida que van envejeciendo.
Por ejemplo, se trata de eliminar todo lo que pueda configurar un obstáculo arquitectónico. “Desde no tener una bañera y sí un lugar de ducha adaptado o preparado para que una persona con movilidad reducida lo pueda utilizar, hasta que los ascensores estén previstos para recibir sin problemas una silla de ruedas y que los paseos tengan rampas.
Todo está pensado para que si se llega a necesitar una silla de ruedas no se tenga que eliminar paredes para agrandar los espacios y el cambio sea mínimo, incluso para apagar la luz e implantar medidas para pedir ayuda, como en el caso de alguien que se cae”, explicó.
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El senior cohousing arrancó en la década del 60 en Dinamarca. Independientemente de las adaptaciones que han surgido a lo largo del tiempo, se tratan de cooperativas de personas que se organizan para construir un complejo de casas o apartamentos previendo los servicios que pueden necesitar.
El co-housing, más que arquitectura, es una forma de intercambio social, de añoranza de barrio en el que se cancela el anonimato: se trata de tener un vínculo con gente afín en el que uno logra compartir y combatir el aislamiento
Lo ideal del cohousing es que incluye espacios pensados para servicios comunes, como una lavandería, un gimnasio o hasta una huerta, promoviendo una convivencia cooperativa para reducir sus gastos y promover el intercambio con los vecinos del barrio.
Son tantas sus bondades que las propuestas ya exceden la tercera edad y ya hay proyectos de urbanizaciones de este tipo en el Delta del Tigre, en distintos lugares de provincia de Buenos Aires, Córdoba y Mendoza.
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Beneficios de vivir en un Cohousing
- Accesibilidad: compartir amenidades y tener una casa más pequeña reduce los costos de mantenimiento en dinero y tiempo.
- Seguridad: vivir en un cohousing favorece la sensación de seguridad ya que hay una red de personas que se cuidan unas a otras, y los espacios favorecen que los niños puedan disfrutar de los juegos al aire libre.
- Económico: comprar víveres en cantidad reduce los costos monetarios de hacerlo individualmente. Compartir herramientas o electrodomésticos permite tener acceso a ellos sin tener que comprar cada uno lo mismo.
comunidad - Sentido de utilidad: el sentirse parte de una comunidad y saber que tu opinión y necesidades son escuchadas favorecen la salud, la confianza, el autoestima, la socialización, reduce la depresión y la soledad.
- Familiar: imagina qué lindo vivir con amigos, saber que estás rodeado de personas que te pueden dar una mano cuando lo necesites y poder devolverles el favor.
El total es mucho más que la sumatoria de las partes: juntos siempre es mejor.
medio ambiente - Eficiente: el diseño estándar de las casas privadas reduce los costos de construcción y se pueden utilizar tecnologías sustentables en todo el complejo como paneles solares, utilización de agua de lluvia, reutilización de aguas grises, ventilación cruzada, etc.
- Menor impacto ambiental: la diferencia entre tener 20 casas cada una con su lavadora o una sala de lavandería con 4 equipos industriales refleja que se puede hacer un mejor uso de los recursos generando menos desperdicios.
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