La mayoría de nosotros entra al supermercado con una idea concreta de lo que quiere comprar. Los más precavidos incluso llevamos una lista. Sin embargo, la expedición no suele terminar como la planeamos. Chocolates y gaseosas que no necesitábamos llenan el changuito hasta el tope acompañados de tres escobas que estaban en oferta. Cómo ahorrar en el supermercado resulta una pregunta imposible de responder pero fundamental.
Cada “bip” que resuena en la caja registradora nos genera escalofríos. Vemos la cuenta acumularse y superar el presupuesto del mes en una semana. No es necesario sufrir de esa manera para conseguir todos los bienes que necesitamos para el funcionamiento del hogar. Ahorrar en la compra no es tan complicado como parece si seguimos algunos consejos.
Cómo gastar menos en el supermercado
El ahorro no es una ciencia exacta y muchas veces depende más de la suerte que de nosotros. Sin embargo, existen ciertas medidas que podemos tomar para comprar barato.
- Lista corta: arma una lista y luego eliminá todos los items que no cumplen ninguna función específica. Por ejemplo, ¿la mayonesa la llevás porque la vas a usar o porque ya no tenés más? Si no sabés para qué vas a usarla, sacala de la lista. También podés recortar los snacks como papas fritas o alfajores. Si los necesitás los podés comprar por separado, pero si los llevás sin un fin aparente van a desaparecer.
- El día importa: las ofertas suelen funcionar por día. Si vos sabés lo que tenés que comprar podés mirar qué día hay descuento en ese producto. Por lo general los supermercados publicitan sus ofertas en los medios o en el local. Prestar atención puede ahorrarte muchísimo dinero.
- Sin compañía y sin hambre: es un dato conocido que tenemos que ir sin hambre al supermercado: nuestro antojo puede obligarnos a comprar de más y caro. Pero además, es fundamental ir solo. Si estamos con alguien nos veremos influenciados a comprar algo diferente o más costoso de lo que teníamos en mente. Un ejemplo si vamos con nuestros hijos es muy probable que terminemos cumpliendo un montón de caprichos.
- El carrito no es indispensable: si no tenés que comprar muchas cosas, lo mejor es no agarrar un changuito. Los carritos son grandes y siempre nos dan ganas de llenarlos hasta el tope pero eso puede llegar a ser muy caro. Por otro lado, si elegimos la canasta, el peso y la falta de espacio nos obligan a comprar solo lo que necesitamos y quizá hasta hacemos ejercicio.
- Flexibilidad: ¿comprás siempre la misma marca de arroz y hoy no la encontrás? Probá otra, preferentemente alguna más barata. No tiene sentido casarte con una marca, quizá una más económica es mejor y por costumbre no lo sabés.
- No es una oferta si no lo hubieras comprado: 2X1, promociones y descuentos por todos lados. ¿Y si llevo los baldes que están re baratos? No. No es ahorrar comprar algo que no necesitás porque está en oferta. Lo mejor es comprar las cosas cuando las necesitamos sin angustiarnos por una situación futura que puede o no darse. En el caso de tener un imprevisto y necesitar dinero para cubrirlo, siempre podemos pedir un préstamo personal. Mientras, lo ideal es no usar nuestro dinero si no lo necesitamos.
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Cuando estamos dentro del supermercado somos más conscientes de que tenemos que ahorrar pero muchas veces el ahorro comienza antes de la compra. Las presiones sociales o costumbres demasiado arraigadas también pueden llevarnos a gastar de más.
Cinco hábitos para ahorrar en el Supermercado
A veces la mejor manera de ahorrar es cambiar hábitos y costumbres que tenemos arraigados. Si bien cuesta un poco más, a la larga rinde sus frutos.
- Encontrá un Supermercado barato y casate: la idea es elegir el supermercado que te quede más cómodo y mantenerte fiel. En primer lugar, se trata de una buena estrategia para aprovechar los descuentos de fidelización que ofrece la marca. Pero este plan tiene otras ventajas. Por ejemplo, si ya conocés dónde están los productos, perdés menos tiempo y te tentás menos con lo que encontrás mientras paseas por el local.
- Comprá online: no hace falta decir lo cómodo que es hacer las compras desde el teléfono o desde nuestro sillón. Pero esta ventaja poco tiene que ver con el ahorro económico. Sin embargo, cuando usamos la versión web del supermercado buscamos sólo lo que tenemos en la lista sin tentarnos con otros productos. Además, reduce los costos de traslado o de envío en caso de que se trate de una compra grande. Por otro lado, los supermercados quieren atraer al consumidor a este canal y seguramente encuentres buenas promociones.
- Anticipate: armar una lista de compras es solo una parte de lo que tenés que hacer. Lo ideal es que pienses de forma integral. Por ejemplo, si tu idea es hacer una compra grande para cocinar y congelar, fijate de tener espacio en el congelador. Lo mismo con la alacena.
- Hacé espacio en tu casa: este detalle puede resultar llamativo pero es fundamental para el punto anterior. Si queremos conseguir un ahorro considerable, tener espacio permite aprovechar ofertas de productos no perecederos y guardar lo suficiente para no tener que pasar por el Supermercado seguido. Productos de limpieza o baño no se vencen y podemos comprarlos en oferta para usarlos cuando los necesitemos.
- Sé constante: no vamos a sentir un impacto importante la primera vez que apliquemos estos trucos. Para notar una diferencia en nuestro bolsillo tenemos que demostrar constancia. Pero a la larga, son ahorros hormiga que pueden significar irnos de vacaciones este año o no.
Ir al supermercado es una tarea obligatoria si queremos mantener la casa en orden. No podemos obviar comprar comida o productos de limpieza pero sí podemos intentar ahorrar a la hora de hacerlo.
Sin embargo, aunque nosotros cumplamos todos los consejos, existen circunstancias donde el gasto excede nuestro presupuesto. A veces es imposible recortar más la lista o un imprevisto puede desacomodar nuestra economía familiar temporariamente. Existen soluciones a este problema como préstamos personales para salir del paso. Lo importante es mantenernos en la senda del ahorro.