Quienes hayan podido disfrutarlos siendo chicos o puedan disponer ahora de (aunque sea) un pequeño espacio en la parte posterior de la propiedad, saben que los patios son los lugares más queridos en las casas, los lugares de la infancia y de los juegos, de los amigos y las comidas multitudinarias en los veranos ociosos.
Para poder disfrutarlo plenamente no hace falta más que disponerse a hacerlo y elegir una forma de acondicionarlo que nos permita convertirlo en un espacio habitable más de la casa y que deje de ser ese lugar olvidado y al que solo se va a regar las plantas.
Opciones hay muchas y de las más diversas. Hoy veremos un patio diseñado ex professo, en el cual los diseñadores priorizaron la opción de “sentirse cómodos en un lugar placentero”.
Ubicado en un centro de manzana, entre casas vecinas, el “Jardín de Hilgard” diseñado por la oficina de arquitectura de Mary Barensfeld con sede en San Francisco, California, aprovecha su topografía inclinada con una serie de terrazas angulares.
Situado en Berkeley, en la misma California, el peculiar patio invita a una vida al aire libre y propone una zona de entretenimiento, así como un asiento accesible desde distintos lugares en la parte superior del terreno.
El propio diseño combina el cedro de las tejas (y con ello las líneas del techo) con las paredes exteriores que recuerdan a las residencias tradicionales japoneses.
Al entrar, se ofrecen vistas panorámicas desde el salón, con el jardín y la pileta claramente visible más allá – el área del patio inferior también ofrece una perfecta extensión de este espacio interior. La aplicación de los diferentes materiales y plantas se ha reducido al mínimo, con luces y sombras, reflejos en el agua, y la textura que también se utiliza como elemento clave.
Una rampa que serpentea a través de cubierta vegetal aromática y las extremidades de tres arces japoneses se presenta como un camino del jardín en un retiro Zen. El jardín, atraviesa un sitio de fuerte pendiente para proporcionar acceso a un patio de nivel superior con vistas de San Francisco.
Para evitar la ingestión de grandes franjas de metros cuadrados del patio trasero con una escalera convencional, el equipo de diseño proyectó estos muros de hormigón angulares con armadura de acero ocasional los cuales cortan su camino hasta la colina mientras que proporciona áreas de siembra en terrazas.
Visible y accesible desde la sala de estar, el patio de granito blanco de nivel inferior despliega su espejo de agua para saludar a los visitantes. Una serie de modeladas pantallas de acero sirven de plantadores de bambú y de cribado entre medianeras traseras de las casas vecinas.
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