Las casas y departamentos en las grandes ciudades son cada vez más chicas. Cuando vivimos en un espacio donde los metros cuadrados no sobran, hay que aprender a sacarle partido a cada centímetro. Hoy en día, gracias a la enorme y variada oferta de muebles y objetos de diseño, la decoración de un living comedor pequeño no es un problema. Usando la imaginación y tomando decisiones acertadas, se puede convertir en un espacio súper lindo y funcional.
El gran desafío es amoblarlos y decorarlos sin que se vean demasiado recargados. La idea es crear espacios lindos, que representen el estilo de quien vive ahí, y que a la vez sean funcionales y muy bien armados.
El primer paso es tener muy claras las medidas del espacio. Luego, es clave definir qué estilo de decoración querés darle al living comedor: nórdico, vintage, hindú, clásico, moderno, industrial o algún otro que te guste.
Recién ahí llega el momento de pensar qué necesitás: una mesa para el comedor, cierta cantidad de sillas, un sillón, un sofá, un mueble para el televisor o el equipo de música, etc.
En el caso del living, el sofá será uno de los puntos focales, con lo cual debería ser uno de los primeros muebles que elijas.
Hay reglas generales que permitirán crear un espacio amplio y cómodo.
Lo más importante a la hora de decorar un ambiente pequeño es saber distribuir todos los elementos de forma correcta. Lo ideal es pocos muebles, pero bien distribuidos.
Lo primero que debés pensar es qué muebles querés poner. Al decorar un living comedor pequeño, la recomendación es recurrir a muebles alargados y de poca profundidad, para que no ocupen demasiado espacio en el centro del ambiente.
¿Los mejores materiales? La madera en colores claros, el vidrio y el acero, porque ayudan a alivianar los espacios. Otro buen consejo es elegir muebles de patas delgadas, que también dan mayor sensación de amplitud.
Cada día se encuentran más muebles multifuncionales y modulares, que son el gran secreto para aprovechar tus espacios al máximo.
Hay camas, sillones y banquitos con espacios para guardar (perfecto para la ropa fuera de temporada o los zapatos), sillas y mesas plegables, camas con escritorio incluido y, por supuesto, los clásicos sofá cama.
También son geniales las mesas extensibles, sobre todo si te gusta hacer reuniones y cada tanto juntás gente en casa. La mantenés en su versión más corta todos los días y la alargás sólo cuando recibas visitas.
Las estanterías y bibliotecas achican los ambientes y pueden resultar agobiantes, sobre todo si son muy altas. Lo ideal es tener pocos muebles y que no sean muy grandes.
Un sofá pequeño es la opción más acertada en la decoración de un living comedor pequeño, porque permite optimizar el espacio al máximo. A su vez, colocar el sillón en una “esquina” nos permite ganar mucho espacio en el resto del ambiente.
El blanco es el gran aliado de los ambientes pequeños: nos ayuda a ampliar el espacio y a atrapar la luminosidad que entra por los ventanales. Es una ley de la decoración: los colores claros y tonos pálidos avanzan, dando una sensación de expansión. Por el contrario, los colores oscuros retroceden, “achicando” los espacios.
Pintar el techo de un color más claro que las paredes es un gran secreto de los ambientes pequeños. Los ideales son blanco, marfil, cielo, gris claro, amarillo pálido, por ejemplo.
Para dar más profundidad a un living pequeño, podés pintar de un color la pared perpendicular a la luz. Con este efecto conseguirás que parezca más profunda. A su vez, los grises y los colores neutros consiguen que la decoración de salones pequeños sea mucho más sencilla.
Como lo más importante es optimizar cada metro, el mayor esfuerzo hay que concentrarlo en conseguir que nuestro comedor tenga de todo sin resultar agobiante. El vidrio y el acrílico son materiales perfectos para conseguirlo, porque ocupan muy poco espacio visual y se ven ligeros.
Los espejos amplían el espacio y multiplican la luz natural. Una buena idea es ponerlo sobre el sofa en forma horizontal.
Por otro lado, poner un espejo grande sobre una pared como único elemento es una forma de “engañar el ojo”: reflejará más luz y hará que el lugar se vea más grande.
La elección de los muebles no se debe tomar a la ligera. Las mesas cuadradas o rectangulares marcan, por su propio diseño, el número de comensales. Hay quienes deciden instalarlas en esquinas, pegándolas completamente a la pared, pero es una decisión que desluce el comedor y lo hace mucho menos funcional.
Las mesas redondas, por el contrario, permiten la flexibilidad de sentar más o menos comensales y visten el espacio de forma más coqueta cuando tenés pocos metros.
Por su parte, las sillas son muy importantes: deben ser, ante todo, cómodas. Pero, si tenés pocos metros, lo mejor es optar por sillas que no tengan brazos. Aunque para algunos resulten más cómodas, ocupan más espacio y recargan el lugar.
La luz natural es un elemento muy valorado en decoración. Siempre que podamos aprovecharla, tenemos que hacer de ella una prioridad. Y, en el caso de un comedor, mucho más.
Si tenés ventanas grandes, es importante orientar la mesa para que se aprecien las vistas, pero evitando que al mediodía la luz impacte directamente sobre la superficie. Es importante, además, que las cortinas no sean opacas para que la luz entre difuminada, pero no se pierda.
Para la iluminación artificial, los focos empotrados son una muy buena opción porque no interrumpen visualmente. Si querés algo con un poco más de personalidad, quedan muy bien en los living comedor las lámparas colgantes, que son perfectas para lugares pequeños porque ocupan muy poco espacio. Con el resto de las luminarias, para dar sensación de amplitud y altura, conviene dirigir los focos hacia las paredes y el techo.
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