Michael y Rachel son dos actores con una clara intención de transformar la realidad: después de 6 años viviendo y trabajando juntos, decidieron casarse y regalarse la buena obra de sus vidas. En vez de gastar una fortuna en una gran fiesta, que sus amigos paguen pasajes para asistir y les hagan obsequios, pidieron donaciones para construir una clínica de parto en una pequeña aldea en Tanzania.
¿Cómo tomaron esta decisión? ¿Por qué en Tanzania? Todo comienza con un viaje de Michael y un grupo de actores a Tanzania. La idea era enseñar teatro a niños y escribir una obra a partir de las experiencias e historias que fueran escuchando durante el viaje. Al regreso, mostrarían la obra en Tanzania y la llevarían también a Nueva York para concientizar sobre cómo se vive en ese país. El proyecto no sólo salió bien sino creció mucho más de lo imaginado cuando arrancó en su solidaria fantasía.
Durante el viaje, Michael estuvo junto con la compañía de actores en el pueblo Mloka, donde después de dos días lo invitaron a un encuentro cívico con representantes de la aldea para que conozca cuáles eran los temas que más les preocupaban. En esa reunión, entre una mayoría de hombres surgió la voz de Asha con una fuerza tal que lo impactó a Michael a pesar de no hablar el idioma. La mujer había tenido gemelas y una de ellas había muerto por no contar con la asistencia médica necesaria en su aldea.
En medio del parto, Asha tuvo que viajar 3 horas a una aldea vecina para enterarse que tampoco ahí la podían ayudar. Sin perder las esperanzas, viajó 5 horas más a otro pueblo con una clínica mejor equipada, pero ya era tarde. Una de las bebés no pudo sobrevivir. Habían pasado varios años pero tenía muy presente que su historia era compartida por muchas mujeres.
Conmovido por la historia de Asha, Michael se reunión con ella y con representantes de Mloka para hacer algo. La necesidad de contar con una clínica era evidente, sobre todo porque, en esa comunidad, al tener el espacio físico disponible el gobierno envía al médico y el equipo necesario. Fue así que empezaron por confeccionar una lista con todo lo que necesitaban para construirla y armaron un presupuesto que Michael se llevó a Estados Unidos, fuertemente conmovido por la experiencia vivida y con muchas ganas de transmitirla.
De vuelta en Nueva York, Michael se reencontró con Rachel y, tras conocer la historia de Asha, no dudó en sumarse al proyecto. Allí comenzaron a exponer la obra de teatro Ubinadamu, que narra esta historia y genera conciencia acerca de las muertes innecesarias durante el parto por falta de recursos.
Las reacciones después de la obra fueron increíbles y confirmaron que había que actuar: espectadores conmovidos, lágrimas en los ojos, mucha empatía. Fueron varios los que se acercaron para preguntarles cómo podían hacer para ayudar e involucrarse de algún modo. Se repetía la situación una y otra vez… ¡Algo había que hacer!
Así fue cómo las ideas fueron decantando poco a poco y un día cualquiera, mientras desayunaban en una cafetería, Rachel tuvo una revelación: “Este proyecto es genial: ¿Por qué no nos casamos y en vez de gastar dinero en una gran fiesta y en que nuestros amigos paguen un pasaje, pedimos donaciones y ayudamos a Asha?” Habían pasado 6 años de vida en pareja, el teatro los había unido y continuaba reforzando el vínculo. Michael no lo dudó y aceptó enseguida: “Está buenísimo que nuestra unión y el apoyo mutuo sirva para ayudar a otros. Es perfecto.”
Fue tan repentino todo que hasta sus propios padres se enteraron del casamiento a través del video donde explicaban el proyecto
Obviamente, la historia de Asha no es un hecho aislado: las muertes de mujeres durante el parto en Tanzania arrojan la espantosa cifra de 500 cada 100.000, y todavía más alarmante es la cantidad de bebés que no sobreviven al parto: 150 de 1000 (en los países desarrollados está por debajo de 12 cada 1000).
La obra Ubinadamu se seguirá exponiendo en Nueva York o en Tanzania, dependiendo de dónde se encuentren Michael y Rachel. En diálogo con Buena Vibra, contaron que “este es un sueño sin límites”. La obra Ubinadamu se enmarca dentro de El Proyecto Humanitario, que seguirá en Mloka con varias etapas: primero, con la construcción de la clínica; y luego evolucionará en otra obra de teatro o en la misma Ubinadamu con otras historias.
La buena noticia es que el esfuerzo de Michael y Rachel fue escuchado y lograron reunir el dinero para la construcción de la clínica. Al momento de publicar esta nota, el proyecto sigue abierto en Generosity. Hay muchas necesidades por cubrir y el apoyo de la gente es el que devuelve dignidad a lugares que desconocen muchos derecho.
Si querés donar o acercar tu colaboración a buenas causas, sumate en este link.
¡Ayudémoslos!
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