No te asustes. Suena fuerte la palabra bomba, claramente. No es algo que puedas decir en un avión ni en una tienda o aeropuerto. Pero es el término que los meteorólogos eligen para nombrar un fenómeno que está generando la Navidad más fría en cuatro décadas en Estados Unidos, con más de 3.300 vuelos cancelados y problemas de todo tipo en varios Estados. Qué es una bomba ciclónica y por qué es una señal del cambio climático que debemos escuchar.
Con toda la fuerza de la crisis climática global, los ciclones bomba aplastan ciudades enteras en cuestión de horas. Son tormentas feroces, que sepultan ciudades enteras bajo agua y nieve.
Varios estados, incluidos Nueva York, Oklahoma, Kentucky, Georgia y Carolina del Norte, se declararon en emergencia. Los vientos fríos pueden causar congelación en menos de cinco minutos
Te contamos qué es una bomba ciclónica y por qué se usa para describir un sistema de tormenta. ¿Pero qué hace que una tormenta sea una bomba ciclónica?
Qué es una bomba ciclónica
Bomba ciclónica es el término que se le asigna a una tormenta que se intensifica rápidamente. Para ser considerada una bomba ciclónica, la presión debe caer 24 milibares (una unidad de presión) en un período de 24 horas.
Sin embargo, ese punto de referencia también se basa en la latitud de la tormenta. Entonces, el requerimiento de milibares puede cambiar dependiendo de dónde se forme la tormenta.
Un ciclón bomba es una tormenta que se intensifica rápidamente y se forma cuando el aire cercano a la superficie de la Tierra asciende a gran velocidad en la atmósfera, provocando una caída repentina de la presión barométrica
Por qué se llama bomba ciclónica
El término bomba ciclónica se remonta a un artículo de investigación meteorológica publicado en una edición de 1980 de Monthly Weather Review. Sus autores, los meteorólogos del MIT Fred Sanders y John Gyakum, se basaron en el trabajo del investigador de meteorología sueco Tor Bergeron, quien inicialmente definió las tormentas de “profundización rápida” como aquellas que cumplieron con el criterio de 24 milibares en 24 horas.
El peligro de estos fenómenos no solo reside en su fuerza potencialmente devastadora, sino en que toman a muchos por sorpresa debido a su rápida formación.
Pero Bergeron estaba en Escandinavia, donde las tormentas se fortalecen mucho más rápido debido a la latitud. Sanders y Gyakum ajustaron las reglas básicas para variar según la latitud. Y agregaron el término “bomba” debido al poder explosivo que estas tormentas derivan de las rápidas caídas de presión.
Fenómenos cada vez más violentos y explosivos
Una de las preocupaciones más presentes en la discusión sobre la crisis climática es que las consecuencias son cada vez más erráticas. El mejor ejemplo para explicar el fenómeno son los ciclones bomba. Cada vez más explosivos, erráticos y violentos, están ganando fuerza mucho más rápido que los ciclones ‘normales’.
Los ciclones bomba ponen a los meteorólogos en alerta máxima, porque pueden producir daños significativos en muy poco tiempo.
Bastan 24 horas desde su formación para que los ciclones bomba alcancen el punto máximo de su poderío. A este comportamiento se le conoce como bombogénesis, según lo explica Mullens.
Con esta velocidad, los ciclones bomba detonan alertas meteorológicas máximas, porque pueden ser altamente destructivos. El último causó que los estados de Nueva York, Nueva Jersey, Massachusetts, Virginia, Maryland y Rhode Island quedaran inmovilizados por días.
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