Tiene 31 años y los males propios de la edad lo van aquejando poco a poco. Sufre de presión alta, tiene cataratas y una dentadura en muy mal estado que apenas le permite masticar su comida. De todos modos ya no requiere tanto alimento, ahora solo consume una tercera parte de lo que comía cuando era joven. Lo que ocurre es que ya no está tan activo, se pasa gran parte del día dentro de su habitáculo por lo que su cuerpo ha perdido volumen. Allí en ese pequeño espacio pasa muchas horas durmiendo encima de un gran bloque de hielo, tratando de soportar mejor los más de 35 grados de temperatura que hay en el exterior de su habitación.
Últimamente sus máximas proezas físicas son las de rascarse alguna parte de su cuerpo o muy de vez en cuando tratar de alcanzar, aunque pocas veces con éxito, algún brote de bambú que haya cerca.
Estamos hablando de Pan Pan, el oso panda macho más longevo del mundo (el récord absoluto lo tiene Jia Jia, la hembra que reside en un zoológico en Hong Kong y cuenta con 38 años). Con sus 31 años, Pan Pan tiene la edad equivalente a la de un humano nonagenario y lleva.
Wei Rongping director adjunto del Centro de Conservación e Investigación de Pandas Gigantes, situado en el pueblo de Dujiangyan, cerca de la ciudad china de Chengdu, cuenta que “Cuando un panda envejece, su comportamiento es muy similar al de los humanos: se mueve menos, pierde adaptabilidad al entorno y enferma. Necesita cuidados especiales”.
Este Centro fue creado con el fin de rescatar y proteger a los Pandas Gigantes, una especie en peligro de extinción. la Base de Investigación Chengdu de Crianza de Pandas Gigantes se estableció en marzo 1987 con la misión de promover la investigación y la conservación llevadas a cabo en un primer momento por el zoológico de Chengdu.
Según datos del Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF, por sus siglas en inglés), en la actualidad quedan 1.864 ejemplares en el mundo, de los que el 80% vive en la parte norte y noroeste de Sichuán, en regiones montañosas envueltas por la niebla, entre piedras, árboles y el bambú, la planta de tallo leñoso y hojas tiernas.
La conformación de este Centro recibió el apoyo de numerosas organizaciones de conservación como la Asociación china de jardín zoológico y la Asociación de Conservación de Vida Silvestre de China. Con el objetivo de promover Chengdu como “La Tierra de Inicio del Panda Gigante”, el zoológico de Chengdu ha trabajado sin descanso desde la década de 1950. Ahora la Base Panda de Chengdu ha asumido a su cargo las causas de la investigación, el mejoramiento y la conservación de la población de pandas gigantes.
La ubicación geográfica de la base y los sofisticados recursos tecnológicos y profesionales le permiten llevar a cabo a este Centro las tareas de conservación y los procedimientos de reproducción artificial para aumentar la población de pandas gigantes.
Cuando los niveles de población hayan alcanzado los estándares deseados, la Base Panda de Chengdu cambiará sus objetivos y se dedicará a ayudar a los pandas gigantes a que se adaptan a su hábitat natural para que puedan ser liberados en el medio silvestre y repoblar su tierra natal.
Gracias a estos esfuerzos, y aunque no se haya anunciado oficialmente, es posible que pronto la especie suba un escalón y pase de estar “en peligro” a ser “vulnerable”.
Los amantes de este icónico gran oso-gato –según el significado de su nombre en chino– encuentran en Chengdú, un lugar único, ya que este centro de conservación acoge unos ochenta ejemplares.
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