Muchos son los conceptos con los cuales podríamos describir a la ciudad de Nueva York, la metrópoli por excelencia de esta época plagada de grandes ciudades. Y uno de sus atributos con el que podríamos reconocerla es el de ser una ciudad que tiende a ser cada vez más verde, cada vez más sustentable y generadora y propiciadora de iniciativas ecológicas.
El enorme Central Park, pulmón natural de la “Gran Manzana”, es uno de los parques urbanos más célebres, pero no es el único espacio natural de la ciudad. De hecho, Nueva York está “sembrada” por una enorme cantidad de árboles distribuidos por todas las veredas de la ciudad.
Justamente para conocer esta cifra y estimar el impacto positivo de esta vegetación urbana, el Departamento de Parques de la Ciudad de Nueva York ha publicado su último censo de árboles que incluye una guía interactiva enciclopédica para ayudar a los ciudadanos a orientarse a través de ese “bosque” de datos.
El carácter interactivo de esta guía es uno de sus aspectos centrales ya que los habitantes de esta metrópoli pueden colaborar en el mantenimiento de cada ejemplar, puesto que ellos pueden editar la guía y reportar problemas. El sentido de apropiación de estos elementos naturales es un gran valor para la cultura urbana de la ciudad, motivando a todos sus habitantes a participar.
Pensando en cual es la utilidad que cada árbol le brinda a los neoyorquinos, el proyecto resulta ha despertado gran interes porque no se queda en el valor ornamental de las especies, sino que también y fundamentalmente considera su valor económico, especificando con números el ahorro que cada espécimen de vegetación le brinda al bolsillo de los vecinos.
Para cuantificar esta información, el departamento de Parques ha considerado tres características de la vegetación: su capacidad como colectores de aguas lluvias, su valor como elemento de descontaminación del aire y en tercer lugar su poder para regular la temperatura urbana.
Por ejemplo, un árbol puede interceptar grandes cantidades de agua de lluvia, la que es absorbida por el sustrato de la tierra en que está plantado y eso evita que corra por las calles causando inundaciones. Además, absorbe kilos de partículas contaminantes y refresca toda el área que está bajo su copa: una calle, un restaurant, un quiosco o una habitación de un edificio.
Para llevar adelante este proyecto unos 2,300 voluntarios durante todo un año ayudaron a funcionarios de parques a hacer un estudio de más de 685,000 árboles en las calles en los cinco condados de la ciudad, recopilando estadísticas sobre especies, salud de la corteza, ancho del tronco, latitud y longitud, y —esto es algo nuevo— coordenadas de GPS de todos.
En este completísimo mapa interactivo, los usuarios pueden tocar en cualquier dirección de la ciudad de Nueva York para ver una vista de pájaro de los árboles en ese bloque, clasificados por colores por género.
Pero además, al hacer clic sobre el círculo de un árbol, se abre una barra lateral con información detallada sobre la especie de la planta, diámetro, forma de la hoja y una ventana de Google Street View que muestra su entorno en el mundo real.
Como a su vez se puede solicitar el mantenimiento de un árbol o su cuidado, esta guía interactiva permite una actividad que conecta a la gente con un objetivo preciso: el bienestar y la calidad de vida de su ciudad.
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