¿Qué fue lo que el mejor maestro que tuvo en su vida le dio y que nadie más pudo? Si pudiera decirle una única cosa a su maestro preferido de la escuela, ¿qué sería? Los maestros merecen reconocimiento por la magia que crean día a día.
Germán Soto, docente en la Escuela Técnica Fray Luis Beltrán, en la provincia de Corrientes, y Silvana Carnicero Sanguinetti, profesora de inglés especializada en entornos virtuales de aprendizaje de la Escuela Técnica Número 33, en el barrio de Pompeya en Ciudad de Buenos Aires están en camino a ser reconocidos como los mejores maestros del año.
Al menos por ahora fueron seleccionados entre los 50 semifinalistas al al Global Teacher Prize 2018 (GTP), que entrega un millón de dólares al ganador y que es considerado el Premio Nobel de la educación. Los dos argentinos nominados fueron seleccionados entre 40 mil maestros y profesores de secundaria de 173 países del mundo que se presentaron al premio.
El ganador se anunciará el 18 de marzo de 2018 durante el Global Education and Skills Forum que se desarrollará en Dubái.
Los docentes seleccionados
Silvana Carnicero aplica la “tele-colaboración”, un proyecto que involucra a 60 países, al día a día de sus clases. Los chicos de secundaria se conectan a través de Skype con alumnos de, por ejemplo, Rumania, Egipto, Pakistán. “Son culturas que no tienen nada que ver con nuestro país. Comparan similitudes y diferencias, y también dan a conocer su idiosincrasia, refuerzan su identidad”, explicó la docente en una conversación que sostuvo con el medio Infobae.
“Aprenden y al mismo tiempo se familiarizan con el mundo digital”, explica la docente. La tarea no es fácil. “Muy poca”, dice sobre la conectividad a internet de la escuela técnica en CABA. “Aprovechamos los celulares de los chicos porque muchas de las netbooks que recibieron por Conectar Igualdad ya no andan. Y con los celulares, se prestan conexión a internet a la computadora”, explica sobre los obstáculos que enfrenta.
Por su parte, German Soto es Jefe del Departamento Científico Tecnológico y llevó adelante la “Expo Beltrán”. Su nombre responde al colegio donde él da clases como profesor de dibujo técnico: la Escuela Técnica Fray Luis Beltrán que apenas tenía 500 alumnos y cada vez se inscribían menos chicos. Fue ahí que sus autoridades y docentes se plantearon una estrategia para evitar tener que cerrar la escuela.
El trabajo de Soto fue central en esa estrategia del equipo docente de la Beltrán y se volvió clave en el proyecto institucional educativo del colegio. Los resultados llegaron, rápidos: de 750 alumnos en 2012, todos llegados de dos barrios cercanos, pasaron a una matrícula de 1100 alumnos de 65 barrios distintos.
En su postulación al Global Teacher Prize, Soto presentó un nuevo proyecto. Todavía más ambicioso, propuso destinar parte del premio, si lo logra, a una selección de escuelas vulnerables de las ocho provincias más pobres del país. “El objetivo es financiar proyectos que se adapten a la realidad de cada provincia para que desarrollen creatividad con pocos recursos”, señaló.
Es la tercera vez que docentes argentinos llegan a esta instancia del GTP, una iniciativa de la Fundación Varkey que ya va por su cuarta edición. El año pasado, la semifinalista fue la docente Silvana Corso y en 2015, las docentes Graciana Goicoechandia e Inés Bulacio.