El ejército blanco que nos salva de la ignorancia y construye el futuro

Feliz día a todos los maestros que trabajan cada día con amor y compromiso. Gracias por tanto.
día del maestro

Son un ejército blanco.

Los ves como simples mortales, viviendo la rutina de un trabajo. Llegan cargados de portafolios, morrales y bolsas, despidiendo los bostezos y reforzando las sonrisas; como si fueran alumnos preparándose para un examen.

Armados con libros de texto, carpetas y láminas, disimulan los miedos que les genera cada batalla. Se sacuden en la puerta los problemas de la vida, y se visten de esperanza desafiando cualquier clima.

 

Se sienten millonarios en cada beso que reciben, aún con sus bolsillos vacíos. Tienen las manos resecas por el polvillo de las tizas, aunque se sientan nutridas de las caricias que brindan.

También sufren. Tienen temor en cada enfrentamiento. Saben que luchan contra gigantes de acero, sin embargo no se resignan. Es increíble lo valientes que son intentando vencer a monstruos como la ignorancia, la droga, el hambre, la delincuencia, los abandonos… pero más les duele combatir a otros aún más nefastos, como la indiferencia, el desamor, el egoísmo, los prejuicios, la discriminación, las etiquetas, las injusticias.

Sorprenden, volviendo cada jornada intactos, fortalecidos, convencidos que lo están logrando. Y así los ves, luchando sin descanso: dan pelea en cada nueva explicación magistral, en cada recurso didáctico que pagaron con sacrificio, en cada cartel que hace más bello su salón.

Los ves batallando en cada charla afectiva intentando desterrar angustias, en cada tazón de leche que ofrecen a una panza vacía, en cada abrazo espontáneo abrigando manos frías. Los ves atando cordones, limpiando caritas sucias, curando raspones en codos o rodillas.

Los ves a veces, corriendo colectivos, caminando apresurados, o al costado de una ruta… los ves pisando la calle, golpeando palmas, metiendo ruido. Y seguro también los escuchas siempre, porque son los que no callan, siendo la voz de muchos desprotegidos.

Debaten, exponen, acuerdan. La sala que comparten es un espacio donde los mates y las gracias no faltan, para darse ánimo ante cada desafío. Los caramelos son sus aliados, saben que suavizan una garganta irritada y hasta pueden aliviar un corazón herido.

 

Son obstinados, decididos, constantes. Cambian estrategias y suman ideas nuevas cada día, para lograr que el conocimiento sea un bien conseguido. Y con él, una oportunidad de futuro se abra ante cada niño. Sin importar las dificultades, a distintos ritmos, con diferentes tiempos, por más dura que sea la historia, ellos están seguros de que la educación es la herramienta de cambio y el aprendizaje es una riqueza de la que todos pueden apropiarse.

Son guerreros, uniformados con guardapolvos, llevan en sí mismos una misión de vida, la tarea compleja pero infinitamente reconfortante de educar

Son fuertemente rebeldes, contra un sistema opresor, contra cualquier política de turno que despoja de derechos a un maestro y sus alumnos, contra los medios que sean de utilidad para el plan deshonesto de desmerecer uno de los roles sociales más necesarios, nobles y difíciles que existen, como es llevar adelante la tarea de formar las próximas generaciones.

Y al mismo tiempo, aunque parezcan sólidos e indestructibles, se vuelven frágiles cuando los sensibiliza una carta del que aprendió a escribirla gracias a ellos, un dibujo del que tiene corazón de artista, una mirada del que con los gestos habla desde el alma.

Son un ejército blanco, con el poder más sagrado: combatir la desigualdad, aunque el mundo esté plagado.

frases para el día del estudiante

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El día los recibe, con mil planes y proyectos, la noche los encuentra desvelados trabajando a destajo y sin recreos. Los sueños los persiguen como sombras todo el tiempo. Porque ellos no se rinden, sueñan dormidos o despiertos.

Son un ejército blanco, llamado comúnmente maestros. En este día y por siempre, gratitud y eterno respeto.