Vive en la Villa 31 y superó prejuicios ajenos para poder destacarse en los campos Palermo y de San Isidro;. Dylan Reales tiene 14 años, y es una de las promesas del golf nacional. Cuando era pequeño vio un partido de golf por la televisión y se dio cuenta de que su sueño era convertirse en golfista.
Por su gran desempeño dentro del campo, Dylan recibió una beca completa para jugar en el Golf Club José Jurado y todos los días se levanta pensando en su nueva meta profesional: ser el número uno. Y respondió algunas preguntas que lo describen tal como es:
-¿Cuándo te diste cuenta que te gustaba el golf?
Cuando lo vi por la televisión. Me atrajo mucho la paz que había en el campo, el movimiento de los jugadores, la gente que atraía el deporte, el verde, los pájaros y la tranquilidad. Pasar del ruido del barrio a eso era totalmente distinto.
Le pregunté a mi abuelo si podía jugar al golf pero me dijo que era un deporte caro. Me puse mal porque a mí me gustaba. El primer palo que tuve me lo hizo mi abuelo con una escoba y un suplemento. Yo salía a la calle y le pegaba a todo lo que me encontraba, lo llevaba a todos lados. Puede ser que para algunos no sea un palo de golf eso, pero para mí lo era y siempre lo va a ser.
-¿Cómo fue la primera vez que pisaste un campo de juego?
Mi abuelo me pidió que lo acompañe a Tigre a hacer un flete y cuando volvíamos pasamos por los bosques de Palermo; paramos y justo en frente había un campo de golf con un cartel que decía “abierta la inscripción para chicos menores de 14 años”. Entré, miré todo, caminé por todos lados: era lo que había visto en la tele pero de verdad. Al otro día fui y empecé la escuelita.
-¿Cómo te trataban tus compañeros?
Al principio no se me acercaban mucho porque sabían que era del barrio 31 y había prejuicios. Después me conocieron y las cosas cambiaron. Me invitaron al torneo de cierre de año y me tocó competir con chicos que jugaban hace años. Fui con ganas de hacer amigos y divertirme, no lo veía como una competencia.
Finalmente gané el torneo y me emocioné mucho. Cuando mi profesor me dio el premio me dijo algo que nunca voy a olvidar: “Este trofeo es para un chico que empezó hace poco y tiene talento, que prepare una vitrina que se vienen muchos más”.
-¿Qué les dirías a los chicos que quieren hacer deporte pero no se animan por algún motivo?
Que todos tenemos oportunidades. Si ponés esfuerzo y voluntad a lo que te gusta, podés lograr todo lo que te propongas. Y no solo en el deporte, en el estudio también. El apoyo de la familia es fundamental también, solo no se puede hacer nada. Es como una semilla: si uno no la riega, la cuida y busca que florezca, se va a morir.
-¿Cuáles son tus metas personales y profesionales?
En cuanto a lo personal, mi objetivo es ser una buena persona y ser feliz. Es lo más importante. Y en lo profesional me gustaría llegar a ser el número uno del mundo. Pero para eso voy a tener que seguir así, levantándome temprano y esforzándome como día a día.