A Marcelo lo conozco por la familia. Sabía que trabajaba como bombero, y me fascinaba la idea de tener un bombero entre mis retrálogos. Así que hablé con él y combiné para verlo el día que hacía su guardia en el cuartel. La fuerza que tienen las palabras que se leen encima es directamente proporcional a la fuerza de Marcelo, que tiene la llama de la ayuda al prójimo más encendida que nunca.
Marcelo Pérez es bombero del cuartel de San Fernando, y merecía un retrálogo.
Yo: – ¿Hace cuánto que trabajás como bombero?
Marcelo: – Hace 5 años. Trabajo como bombero pago en el Casino de Tigre y como bombero voluntario en el cuartel. Hago dos guardias, dos francos, dos guardias y dos francos.
Yo: – ¿Y acá venís en los francos?
Marcelo: – Sí en el tiempo que puedas, cuando tenés libre.
Yo: – ¿Entonces hace 5 años que lograste trabajar sólo de esto, eso fue una búsqueda?
Marcelo: – Sí siempre me gustó, si pasaba algo en la calle me quedaba mirando, por ejemplo un accidente ferroviario en Tigre… Me bajaba y miraba cómo trabajaban. Me llamaba la atención, y en ese momento trabajaba en una carpintería y mi jefe era jefe de bomberos… Él me fue pinchando…
Yo: – ¿Y por qué pinchando? No te animabas?
Marcelo: – No, quizás por tiempos, ahora al tener dos francos seguidos tengo más libertad para venir.
Yo: – ¿Y ese es tiempo de tu vida que ponés a disposición de la vida de los otros, en accidentes, incendios, cómo vivís eso?
Marcelo: – Tenés que ser muy frío. Algunas situaciones te quedan muy marcadas pero alguien las tiene que hacer. Hace poco por ejemplo hubo un incendio y uno no sabe dónde están las personas cuando entra. Acá había dos ventanales, entramos por uno y en el otro había una persona discapacitada, que no había podido salir. Ese día volvimos muy mal porque no llegamos a salvarla, y te da impotencia, mucha bronca. Pero la esperanza siempre es que uno lo pueda evitar la próxima vez… A veces no se puede…
Yo: – ¿Y qué es lo que más te gusta del trabajo?
Marcelo: – Me gusta todo. Al bombero antes que nada le gusta el fuego.
Yo: – ¿Y te genera adrenalina?
Marcelo: – Sí claro, ya de arranque estás en tu casa con un handy que suena antes que la sirena, y tenés que dejar todo y salir corriendo, sea cumpleaños, sea navidad, sea lo que sea. Y venís sin saber de qué se trata pero con esa adrenalina.
Yo: – Ok, ¿cuál es tu misión Marcelo?
Marcelo: – Servir a la comunidad, ayudar a la gente. Y seguir capacitándome, ahora voy a hacer un curso de rescate en altura. Yo creo que la misión son esas palabras que están escritas ahí arriba: sacrificio, desinterés, abnegación y valor.
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