Un metro setenta y 98 kilos de entrega, esfuerzo y espíritu olímpico.
La arquera del equipo de handball de Angola, apodada “fofinha” (gordita) por el público brasileño, se ha convertido en una de las figuras más queridas de los Juegos de Río 2016.
“Muchas personas creen que con mi cuerpo no puedo jugar pero sí se puede”
Teresa reafirma que la base es el esfuerzo y que los prejuicios pueden ser derrotados en todos los campos, por cierto que también en el deporte.
Mientras se hace figura en la competencia con excelentes actuaciones, disfruta del momento, piensa en su inminente casamiento y desmiente en forma terminante que piense en bajar de peso afirmando estar orgullosa de su físico.
Destaca el cariño de los aficionados y siente, con indudable sentido común, que es fácil identificarse con un atleta más parecido a la mayoría de la gente.
Ellos le responden con un aliento incondicional y han llegado a comparar a “Ba Ba Ba” (tal su apodo) con Neymar, el ídolo del fútbol brasilero.
“Me quieren porque soy descarada, porque se sienten identificados y porque hay mucho gordito por ahí”.
Toda una síntesis de un personaje entrañable.
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