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La conmovedora historia de los chicos que hacen música con basura reciclada

“El mundo nos dio basura y nosotros le devolvimos música”. Es la frase que dicen los artistas de esta orquesta compuesta por chicos de barrios humildes de Paraguay. Una historia para aprender y empatizar.

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“Landfill Harmonic” es una película, o un documental si nos atenemos a las clasificaciones de la industria cinematrográfica. Podríamos describirla como una historia sobre un grupo de chicos pobres que hacen música con instrumentos construidos por ellos mismos.

Pero en realidad Landfill Harmonic es mucho más que eso. Es un pequeño orificio, una grieta chiquita, que nos permite asomarnos al mundo de lo posible, la proyección de una minúscula fisura del sistema por donde se metieron unos músicos paraguayos para enseñarles a los chicos pobres del Paraguay a construir instrumentos musicales con objetos encontrados en la basura y a sentir y amar el arte de hacer música.

“Él toca la flauta desde el alma”, dice orgullosa la mamá de Juan Gerardo, uno de los chicos que conforman esta particular “Orquesta de Reciclados”. La flauta de la que habla es un instrumento armado con una tubería de plomo por donde antes pasaba el agua de una casa, unas monedas viejas, pedazos de candados y algunos otros restos encontrados en la basura.

“Para mí la música es la sonrisa del alma y ser músico me permite entrar en el alma de las personas”, dice mientras disfruta de su mate el maestro Luis Szarán, director de “Sonidos de la Tierra” y generador de “Orquesta de Recicladados”, esta increíble orquesta juvenil paraguaya dirigida por el también músico Favio Hernán Chávez Morán.

El proceso se inició cuando Chávez Morán decidió llevar a Cateura, uno de los barrios más humildes de Paraguay, la iniciativa de enseñarles música a los chicos pobres del lugar, algo que inmediatamente fue apoyado y secundado por Szarán.

El problema vino cuando se encontraron que había muchos más chicos deseosos de aprender música que instrumentos disponibles para enseñar.

Allí apareció la idea. Los dos directores convocaron a las personas que viven de hurgar en la basura para encontrar alimentos u objetos que puedan reciclar y vender y les pidieron que recolectaran cosas que pudieran terminar componiendo un instrumento musical. Sin pensarlo, un inesperado luthier se sumó al grupo, surgido de esta gente que recorre los tachos de basura de la ciudad.

A María Eugenia, de 15 años, se le quiebra la voz y se le anuda la garganta cuando les explica a las cámaras su amor por la música y por tocar el violín, ese que está hecho de una lata vieja y unos tenedores tirados en la basura. Cuando le agradece a sus padres por el esfuerzo que hacen se le caen las lágrimas y no puede seguir hablando.

Pero Landfill Harmonic no es solo una película. El Movimiento Landfill Harmonic consta de tres fases:

  1. Finalización de la película para demostrar el poder del movimiento.
  1. La creación del Movimiento Social Landfill Harmonic y de la infraestructura para llevar a cabo los objetivos de empezar otras orquestas similares en áreas iguales que Cateura alrededor del mundo.
  1. La Gira Mundial de la “Orquesta de Recicladados”. Con esto se proponen atraer la atención sobre el Movimiento e inspirar a otras organizaciones e individuos a unirse en apoyo.

Para poder concretarlo, hay una página en Kickstarter donde se puede colaborar con el proyecto.

“Las melodías de la basura, que conmueven al corazón”, dice Luis Zsarán cuando se despide recordando que el objetivo es seguir creciendo hasta completar una orquesta sinfónica completa.

“Pareciera que hay dos mundos irreconciliables, pero eso no es así. – dice Chávez Morán – La música nos une, la música es el puente”.

Mirá y emocionate con el trailler de la película Landfill Harmonic:

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