La retirada de las tropas de Estados Unidos de Afganistan y el retorno al poder del régimen talibán aterroriza a las mujeres de ese país. La situación es desesperante y las imágenes de lo que está ocurriendo sacude al mundo y genera un alerta respecto al futuro de los grupos más perseguidos por el gobierno extremista, cuyos métodos violentos y discriminatorios sembraron horrores varios entre 1996 y 2001.
La doctrina de los talibanes se basa en la ley islámica, también conocida como ‘sharia’. Este es un escrupuloso código que regula prácticamente todos los ámbitos de la vida, desde el cómo vestir, a cómo actuar o trabajar
Esta doctrina está presente sobre todo en los Estados islámicos y quienes la desafíen pueden sufrir penas muy graves como la muerte por lapidación.
Las mujeres son las grandes víctimas del régime talibán. Sufren todo tipo de discriminación y violencia y viven al margen de todos los derechos, como si fueran ciudadanos de segunda.
Las mujeres son las principales víctimas de los talibanes. Millones de afganas sufren torturas, violaciones en manada y asesinatos, entre muchos otros abusos y privaciones y se teme lo peor. De hecho, ya trascendieron fotos en las redes sociales que muestran vidrieras con imágenes de mujeres sin velo, con maquillaje y con vestidos de fiesta estaban siendo arrancadas o tapadas con pintura.
El régimen tiene una durísima posición en cuanto a los derechos y libertades de las mujeres en Afganistán. Su visión “ultraortodoxa de la ley islámica” habilita todo tipo de maltratos no solo hacia las mujeres adultas sino también a las niñas.
Por eso, lo que está ocurriendo en Afganistan es una pesadilla para las mujeres que han estudiado, que piensan en un mañana para ellas y las generaciones futuras. Temen que pronto entren en vigencia nuevamente algunas de las medidas que implementó el régimen talibán entre 1996 y 2001.
Algunos ejemplos de las medidas que los talibanes aplican sobre las mujeres:
Malala Yousafzai es una activista pakistaní de 24 años, ganadora del Premio Nobel de la Paz, que lucha constantemente por los derechos de las niñas y adolescentes. Cuando tenía 15 años, en 2012, Malala recibió un disparo en la cabeza de parte de un talibán por defender los derechos de las mujeres. El hecho ocurrió cuando regresaba a casa en un autobús escolar y dio la vuelta al mundo. Sus heridas fueron tratadas y salió adelante para continuar su mensaje protegiendo las libertades de las niñas.
Ahora, ante el regreso de los talibanes y la amenaza de un nuevo período de maltratato hacia la mujer, Malala está haciendo una llamada a las grandes potencias del mundo para concientizar sobre esta situación, pidiendo solidaridad y ayuda para todos los niños y niñas refugiados de su país.
No podemos ver a un país retrocediendo décadas o siglos. Todos debemos involucrarnos para que los derechos humanos no retrocedan ni un solo casillero. Hay cosas que la comunidad internacional no puede permitir nunca más.
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