Una vez más, como tantas otras veces, mi ahijado me emocionó hasta las lágrimas. Me llenó de orgullo, como lo hizo su papá, Francisco, desde que nos conocimos, siendo ambos muy jóvenes, trabajando en una funeraria de Avellaneda. Desde aquel entonces, el “Gordo” no sólo sacó adelante a su familia con Claudia, su mujer, sino que le regaló a la vida tres hijos maravillosos, que ama con locura. Tengo la suerte de ser padrino de uno de ellos, Jonathan, y me encantaría que todo el país conozca lo que hace por los demás en medio de la cuarentena que castiga al país y especialmente a su barrio, Azul, en Avellaneda.
Jonathan Vázquez tiene 27 años y pertenece a un grupo de fanáticos de Star Wars que se calzan los disfraces de sus personajes favoritos de la famosa zaga para repartir amor y alegría donde muchas veces escasea. Su fanatismo no queda en la privacidad de las paredes de su casa: con el grupo, se encargan de ir a los hospitales a visitar a los chicos internados y robarles algunas sonrisas en días difíciles. Además, llevan donaciones de alimentos, juguetes y dinero para las familias que lo necesitan o están atravesando alguna situación difícil.
Es una tarea benéfica que hace con mucha pasión los fines de semana, cuando no trabaja. La solidaridad es el motor que lo impulsa a esta actividad tan hermosa, que asume con compromiso y enorme generosidad. Lo aprendió de su padre, mi querido Francisco, y su mamá, que les transmitieron lo difícil que se hace muchas veces progresar y salir adelante sin una mano amiga. Mamaron esos valores desde que nacieron y hoy Jonathan los reproduce con un amor que emociona y enorgullece a todos los que lo queremos.
Una batalla contra la tristeza y la soledad en días de cuarentena
En estas semanas difíciles que vive el país y, sobre todo, los barrios vulnerables, mi ahijado volvió a la carga con sus batallas contra la tristeza y se calzó su mejor traje de superhéroe para sorprender a un niño del barrio en su cumpleaños.
Nada, ni el coronavirus, pueden contra sus ganas de repartir felicidad cuando el dolor golpea. Jonhy y su familia están en cuarentena estricta con todo el barrio Azul, en el límite entre Avellaneda y Quilmes. No la están pasando bien, pero no falta oportunidad para hacer su servicio de Star Wars y ponerle el cuerpo a esta tarea solidaria que conmueve a sus familiares, vecinos y amigos: esta semana, sorprendió a uno de los nenes del barrio para su cumpleaños caracterizado de uno los personajes para que tuviera un lindo festejo en días en que la Gendarmería y otras fuerzas bloquean el barrio para contener la expansión del virus.
La historia de una familia admirable
Hace más de 20 años, el papá de Jonhy formó una familia con Claudia, el amor de su vida, cuando se enteraron de su llegada. Los amigos fuimos testigos del gran esfuerzo que siempre hicieron los dos para salir de la “Villa” en la que vivían.
Francisco, el papá de Jonhy, hacía extras vendiendo cosas por las calles o en las ferias barriales para parar la olla y dar de comer a su familia, que se fue agrandando hasta sumar tres hijos: a Jonathan le siguieron Micaela y Brian.
El Gordo siempre les recalcó a sus hijos que había que esforzarse para salir adelante y también les enseñó que a ellos, seguramente, les costaría más que a otros lograr algunas cosas, pero que lo podían lograr.
La vida tenía preparada una buena noticia para que se haga justicia ante tanto esfuerzo: tuvieron la posibilidad de comenzar a pagar su casa en un barrio de casas construidas por el Municipio de Avellaneda para urbanizar la Villa. Se asfaltaron las calles, se les colocó iluminación, agua potable y cloacas a las viviendas.
Ese esfuerzo de los padres fue el gran ejemplo de Jonhy, que entiende hoy, como su papá, que todos necesitan de una oportunidad para progresar. Que los que están mejor deben ayudar a los que no lo están. Ese fue el ejemplo que sus papás le trasmitieron. Y hoy viven en el mismo lugar de siempre, con los mismos vecinos, en el Barrio Azul. Tienen su casa, la casa que soñaron, pero no olvidan nunca a quienes aún sueñan con eso, a los que la pasan mal, sobre todo en estos días en que el coronavirus tiene a la “villa” cercada por las fuerzas de seguridad.
Francisco, el Gordo, cumple años hoy, 4 de junio. Por mi ahijado y por todo lo que sembró en su familia, quiero decirle gracias por el ejemplo que me da desde que lo conozco… Desde aquellos días en que ni una funeraria nos robó los sueños. Felicitaciones amigo, y toda mi admiración por el Star Wars de Villa Azul.
- Esta carta la escribió Daniel Pérez, amigo de Francisco, padrino de Jonathan. La reproducimos para amplificar el ejemplo de esta familia y contagiar su fortaleza y su esperanza.
Pequeños grandes héroes de la Villa Azul
Recorriendo la historia de Francisco y su familia, encontramos un video hermoso que compartió. Es de un niño, también del barrio, que, como Jonhy, está tratando de regalar alegría a sus vecinos, acompañando con su guitarra una hermosa canción.
“Este video lo hice con mucho cariño para todos mis vecinos de villa azul. Muchas fuerzas para todos. De esta salimos todos juntos a la par”, escribió en su muro. ¡Lo felicitamos! ¡Sos un genio! Un hermoso ejemplo para toda la comunidad de Buena Vibra.
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