“La policía me rescató después de que alguien que trabajaba en la zona avisase a la policía. La gente del burdel ni siquiera fue arrestada. Por eso, quiero luchar contra la explotación sexual infantil y ayudar a otras como yo. Estoy entusiasmada con la idea de convertirme en abogada y, por eso, me uní al proyecto”, explica Sangita, una víctima de prostitución infantil que se convertirá en Abogada gracias a la ONG Free a Girl.
En India 1.2 millones de niñas son víctimas de prostitución infantil y trata de personas. Un país en donde la la prostitución de menores está socialmente aceptada, la estricta legislación no ha podido frenar el horror y la justicia solo condena un 23 por ciento de los proxenetas denunciados. Sin embargo, esta organización quiere cambiar la realidad del gigante asiático.
La ONG francesa llamada Free Girl creó la Escuela por la justicia para cambiar la horrible realidad que enfrentan miles de niñas en ese país y sobretodo, para darles a las niñas una segunda oportunidad. En ese país las víctimas son estigmatizadas y la “mancha” persigue a las supervivientes del tráfico humano.
“En la India estas chicas no son vistas como víctimas, sino como mujeres de mal vivir o simplemente demasiado vagas para trabajar”, explica Evelien Hölsken, fundadora de Free a Girl.
El objetivo del proyecto es empoderar a las víctimas y supervivientes y darles todas las herramientas necesarias para que puedan cambiar la forma en que la justicia india lucha contra el tráfico de seres humanos desde dentro. Además, el proyecto intenta cambiar la forma en que estas chicas son vistas dentro de su propia sociedad.
Para esto, Free a Girl ofrece a las niñas la educación necesaria para ingresar en la Universidad, conseguir una beca y estudiar abogacía. De esta forma, las chicas podrán reinsertarse en la sociedad con un título para poder salir del círculo de violencia y abusos en el que se vieron obligadas a vivir por años. Además, la idea es que estas mismas mujeres puedan ahora ayudar a otras chicas que estén pasando por lo mismo.
Hoy Free a Girl patrocina a 19 jóvenes que sufrieron años de abuso, que fueron vendidas por sus familias, forzadas a dedicarse a la prostitución y maltratadas por clientes y proxenetas.
Ellas se convertirán en agentes del cambio, la gente empezará a hablar del proyecto y las presiones internacionales pueden lograr que el sistema cambie.
Así es como se empieza: ellas se convertirán en agentes del cambio, la gente empezará a hablar del proyecto y las presiones internacionales pueden lograr que el sistema cambie.
El próximo paso de la organización es llevarlo a Brasil, país en el que, según UNICEF, al menos 250.000 niñas son forzadas por sus familias a ejercer la prostitución para garantizar una fuente de ingresos fija en el hogar.
“La historia de cada una de estas chicas es muy importante. Fueron víctimas de tráfico humano, fueron vendidas; no fue su elección. Son muy valientes y, por ello, estamos muy orgullosos de ellas. Si nadie lo denuncia, nada cambiará”, remarca Holsken.