En el granero del mundo, las estadísticas ofenden, indignan, entristecen: en Argentina, un tercio de la población es pobre. Y peor aún: según el último informe de Barómetro de Deuda Social de la Infancia de la Universidad Católica Argentina, casi la mitad de los niños son pobres; el 17% de los chicos come menos de lo que necesita y un 8,5% pasó hambre durante 2017.
Y, en ese marco -doloroso marco-, en nuestro país se tiran a la basura 16 millones de toneladas de alimentos por año. ¿Intolerable? ¿Inadmisible? Sí, todo eso. Y puede cambiar si el Senado de la Nación reincorporación el art. 9 de la Ley Donal, que rige la donación de alimentos.
Es la batalla que está dando desde 2016 la Red Argentina de Bancos de Alimentos, que viene trabajando para elaborar un marco normativo que favorezca la donación de alimentos, similar al vigente en países desarrollados como Estados Unidos, Francia y Alemania.
Es urgente y necesario que las leyes vigentes ayuden a fortalecer el trabajo que vienen haciendo los Bancos de Alimentos desde 2001 para reducir el hambre, la malnutrición y el desperdicio de alimentos en nuestro país
El Banco de Alimentos es una organización sin fines de lucro que contribuye a reducir el hambre, mejorar la nutrición y evitar el desperdicio de alimentos.
Bajo el lema MENOS HAMBRE, MÁS FUTURO, busca ser un puente entre los que sufren hambre y aquellos que desean colaborar solicitando donaciones de alimentos aptos para el consumo, a fin de almacenarlos, clasificarlos y distribuirlos.
Actualmente, el Banco de Alimentos de Buenos Aires (uno de los 22 Bancos de Alimentos que forman parte de la Red Argentina de Bancos de Alimentos), reparte los alimentos rescatados entre 901 comedores y otras organizaciones sociales ubicadas en la Ciudad de Buenos Aires y 38 partidos del Área Metropolitana de Buenos Aires. De esta manera, colabora con la alimentación de más de 120.000 personas por día.
Por estos días, una de las principales necesidades del Banco de Alimentos tiene que ver con el traslado de alimentos, tanto para el rescate como para la distribución de los mismos: necesita autos, camionetas o camiones para llegar a más gente.
Por eso, en agosto, la noticia de la compra de un segundo camión fue un gran motivo de celebración. Lo logró el Banco de Alimentos de Buenos Aires, con un esfuerzo enorme y sin apoyo de ningún gobierno…
Otro dato que vuelve a golpear como un tren de frente: en un país donde se derrocha dinero en muchas cosas innecesarias o muy secundarias, quienes se esfuerzan por combatir el hambre no reciben siquiera un utilitario para facilar la tarea y ampliar el alcance de la ayuda
Compraron este segundo camión gracias a la donación de empresas y organizaciones como Fundación Internacional Carrefour -que fue donante del primer camión en 2014-, Dow, Fundación Banco Nación y Rotary Río de la Plata, que ayudaron a cubrir el 40% del costo. El resto fue solventado con reservas del Banco de Alimentos.
La incorporación de un segundo camión tiene dos aspectos importantes a remarcar: por un lado, permitirá realizar más entregas a organizaciones, lo cual se traduce en más kilos de alimentos que llegan a las personas que lo necesitan. Además, permite realizar más retiros de donaciones.
A su vez, el nuevo camión permitirá mejorar la calidad nutricional de los alimentos que se entregan, ya que al tratarse de un camión con capacidad para el traslado de alimentos frescos, se podrán distribuir más productos de este tipo, generando un aumento del consumo de frutas, verduras y lácteos entre las comunidades más vulnerables.
“Venimos notando una creciente dificultad de las organizaciones sociales para solventar el costo del flete para el traslado. Es por eso que fortalecer el sistema de entregas es importante. Con este nuevo camión vamos a poder duplicar la cantidad de repartos que hacemos, y en consecuencia la cantidad de kilos”, explicó Marisa Giráldez, Directora General del Banco de Alimentos del Buenos Aires.
Actualmente, el camión del Banco de Alimentos recorre un promedio de 900 km por semana, realiza 40 viajes (18 para llevar alimentos a las organizaciones y 22 para realizar retiros de los donantes). Con un solo camión, el Banco de Alimentos visita aproximadamente 25 localidades por semana, y moviliza entre 35.000 y 40.000 kg de alimentos por mes. El nuevo camión va a colaborar con el recupero de más kilos, y sobre todo de frutas y verduras”.
Por estos días, todos los integrantes y voluntarios de la Red de Banco de Alimentos miran con expectativa y preocupación al Congreso de la Nación, que deberá tratar el tema en las próximas semanas: “Necesitamos que la Ley Donal, que rige la donación de alimentos, logre plena vigencia”, explica Natascha Hinsch, directora de la REDBdA.
“El primer eje del proyecto tiene que ver con la reincorporación del art. 9 a la Ley 25.989, que rige la donación de alimentos. Este artículo, que fue vetado a fines de 2004, tiene como objetivo limitar la responsabilidad de los donantes en caso de que se produzca un daño. Esto significa que, al entregar los alimentos según las condiciones que exige el Código Alimentario Argentino, los donantes solo respondan en caso de probarse dolo o culpa, previo a la entrega de la donación”.
El proyecto ya contaba con media sanción de Senadores desde fines del 2017 y hace semanas, el 4 de julio, fue aprobado en Diputados con algunos cambios menores. Por eso volvió a la Cámara Alta para lograr su sanción final.
Hoy muchas empresas que podrían donar tienen temor legal de hacerlo porque, si alguien tiene un problema o quiere iniciar una acción legal contra la empresa, ésta es solidariamente responsable ante la situación. La reincorporación de artículo 9 es fundamental para que las empresas se sientan resguardadas, como ocurre en todo el mundo
Además, la ley promueve incentivos fiscales para las donaciones de alimentos, acciones de fortalecimiento y difusión de la temática y la posibilidad de contar con una doble rotulación de los alimentos que, como sucede en otros países, extiende el plazo de vigencia del producto para poder ser donado. “La cifra de los alimentos que se pierden y desperdician en el país es indignante”, subraya Giráldez.
Si el Senado reincorpora el artículo 9 a la Ley Donal, las compañías podrán donar más alimentos aptos para el consumo a los sectores más vulnerables
“Es importante destacar que la ley rige las donaciones de productos APTOS PARA
CONSUMO HUMANO. NO son alimentos en mal estado o vencidos, sino productos que pierden valor comercial, ya sea por su corta fecha de vencimiento, poco éxito en el mercado, defectos en el envase, excedentes de producción o estacionalidad, pero son completamente seguros para el consumo humano. Incentivando la donación de estos productos, evitamos que se conviertan en desperdicio”, explica Hinsch.
“Mientras 16 millones de toneladas de alimentos son desechadas anualmente, 1 de cada 5 niños sufre algún grado de inseguridad alimentaria”, destaca
Los Bancos de Alimentos pretenden contribuir a que disminuyan estas cifras alarmantes. Para ello, es necesario un marco normativo que incentive la donación de alimentos. “Estamos convencidos de que el conjunto de estas medidas nos permitiría aumentar exponencialmente el rescate de todos los alimentos que se tiran y contribuir a la alimentación de todas las personas que en Argentina sufren hambre”, se esperanza Hinsch.
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Más información: www.redbda.org.ar
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