A pesar de que el concepto ha ganado reputación no todos tenemos bien claro qué es ser proactivo. Esta palabra que se ha puesto de moda y está tan en boga, no solo significa tomar la iniciativa. Proactividad se refiere a que, como seres humanos, somos responsables de nuestras propias vidas.
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Nuestro comportamiento es el resultado de nuestras decisiones, no solo de las condiciones previas que nos hicieron ser quienes somos. Somos nosotros quienes, por decisión consciente o por defecto, habilitamos algunos factores que terminan definiendo nuestros actos. Por eso mismos podemos decir que tenemos la responsabilidad de hacer que las cosas sucedan.
Proactivo y Reactivo: cómo reconocer cada personalidad
La capacidad de subordinar un impulso a un valor es la esencia de la persona proactiva. Las personas reactivas son conducidas por sentimientos, por circunstancias, por condiciones, por su entorno. Las personas proactivas son impulsadas por valores cuidadosamente pensados, seleccionados e internalizados. Repasemos algunas características particulares de cada caso.
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Cómo son las personas proactivas
Podríamos decir en líneas generales que ser proactivo significa tomar el control de los acontecimientos para conseguir nuestros objetivos. Las personas proactivas todavía están influenciadas por estímulos externos, ya sean físicos, sociales o psicológicos. Pero su respuesta a los estímulos, conscientes o inconscientes, son una elección. Son respuestas basada en valores.
En vez de ir actuando con base en las situaciones que van llegando a su vida, va creando las condiciones para alcanzarla
Ser exitoso no se trata de tener suerte o esperar que llegue el momento adecuado. No se trata de la mera expectativa de que tendrás éxito. Se trata de tomar medidas todos los días para ser mejor que el día anterior moviéndote en una trayectoria positiva y hacia adelante. Hacer un plan y establecer objetivos en marcos de tiempo específicos. Las cosas no llegan a buen término simplemente porque uno quiere que sucedan. Uno mismo es el que tiene que hacer que sucedan.
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Es muy importante no caer en una confusión. La Proactividad no tiene nada que ver con la hiperactividad. Y lo cierto es que hasta son conceptos opuestos. Alguien proactivo no actúa por estímulo de la presión o el apuro ni lo hace de manera desorganizada. Por el contrario, evalúa la situación (ya veremos cuáles son los pasos a seguir al buscar nuevas soluciones) y luego toma la decisión que considera más eficaz.
Qué es un reactivo
Las personas reactivas generalmente son transformadas por su contexto. Se ven afectadas por el medio social donde se mueven, por el “clima social”. Cuando el trato que reciben de las demás es bueno, se sienten bien; cuando sienten que de algún modo alguien está reprochandoles algo, se vuelven defensivas o protectoras encontrando excusas y justificativos. Es decir que en cierto modo construyen sus vidas emocionales en torno al comportamiento de los demás, permitiendo que otros influyan fuertemente en sus comportamientos.
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Las personas reactivas actúan después que los sucesos ocurren, dando todo el tiempo respuestas mecánicas y en el mejor de los casos aprendidas previamente. Solo responden como reacción a un suceso y con lo puedan, aún sin saber si es la mejor opción. Son personas que no ve más allá de las situaciones y asumen generalmente una actitud de negación y pesimismo. El resultado es que concentran sus esfuerzos en la constante preocupación ya que no se anticipan a las situaciones sino que responden a los problemas.
Cómo convertirte en una persona proactiva
Compartimos una serie de consejos para lograr reconocer, plantear y alcanzar tus objetivos de forma activa.
- Depende de vos
Nadie más te llevará a donde queres ir, depende de vos. Tu familia y amigos pueden ser un sistema de apoyo, pero eso es todo lo que se supone que sean para vos. No pueden vivir, ni alcanzar tus objetivos por vos. tampoco tus compañeros de trabajo pueden ser felices por vos, ni tu jefe o tu socio. Tomá posesión de tus problemas y date cuenta de que nadie más los resolverá por vos.
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- Estar enfocado en la solución
Uno de los mejores rasgos de las personas efectivas son las buenas habilidades para resolver problemas. Todos vamos a tener problemas. Es la forma en que los manejas lo que te hace efectivo. La forma más efectiva de manejar un problema es enfocarse en encontrar una solución. Centrarse en las cosas que están fuera de tu control es una pérdida de tiempo, así que concentrate en lo que puede llevarte al final buscado.
- Sé responsable
Tu nivel de responsabilidad para completar tareas es realmente importante a largo plazo. Un posible enfoque para alcanzar los objetivos, simple y eficaz, puede ser este:
- establecé tu objetivo y el plazo para alcanzarlo
- luego hacé el recorrido hacia atrás desde ese objetivo para establecer los pasos que debés hacer para alcanzarlo
- plantea los plazos en los que debés estar en cada paso
Es importante tener un objetivo claramente definido que sea cuantificable para que puedas determinar si realmente lo alcanzaste o no. O en qué estado se encuentra. Por ejemplo, un objetivo de “ponerse en forma” no tiene sentido. El objetivo de “correr un kilómetro en menos de 6 minutos” es algo que se puede medir y alcanzar físicamente.
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- Sé consistente
En última instancia, el éxito no se trata de hacer todo bien. Se trata de ser consistente. Actuar en cada momento llevando a cabo los pasos de manera constante y persistente para avanzar hacia tu meta de manera constante. Y a pesar de que los pasos pueden parecer pequeños en ese momento, hacer las cosas correctas día tras día te permite avanzar en el camino hacia el éxito.
- Encontrá a las personas adecuadas
Rodearte de personas motivadas y eficaces es una forma comprobada de ayudarte a alcanzar tus metas. La proximidad puede ser un excelente motivador. Podes elegir entre personas motivadas o personas que se usan el tiempo para quejarse y te arrastran hacia abajo.
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- La honestidad es la mejor política
Sé humilde y observá detenidamente lo que estás haciendo y cómo lo estás haciendo. Sé completamente honesto con vos mismo acerca de lo que no funciona en lugar de poner excusas. Es fácil mantenerte ocupado con ladrones de tiempo, es decir, con aquellas cosas nimias que nos hacen sentir que estamos trabajando pero en realidad son tareas que no nos ayudan a crecer. Pero es más difícil ser honesto y reconocer si en realidad no estás progresando. Al final del día, si no logras tus metas, solo te estás haciendo daño a vos mismo.
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