“Todas las empresas tienen su área de Recursos Humanos (o Capital Humano). Así como hay áreas que se ocupan de gestionar, administrar y sacar el mejor provecho de los recursos materiales, el dinero y la materia con la que se trabaja, hay un grupo destinado a administrar el recurso “no material”. En este caso el recurso es la gente que trabaja para la empresa.
Siempre me resultó algo incómodo aplicar el término “recurso” a un grupo de trabajadores, como si fueran un ítem más dentro del capital con que cuenta la empresa, equiparados con otras fuentes de valor como pueden ser el dinero o los materiales. Y que se hable de “gestionar” esos recursos, como si se tratara de billetes, números o materia prima.
Lo más valioso para la empresa es tener gente que quiere, que elige estar ahí porque su trabajo forma parte del cumplimiento de sus sueños. De este modo, pone mucho más empeño y enriquece a la empresa
¿Los seres humanos se gestionan? ¿Se administran? ¿Se aprovechan, como se “aprovechan” los recursos materiales o financieros? Me siento a pensar y se me van ocurriendo nombres alternativos para esta área, nombres que al menos no me choquen tanto al oírlos: Referentes Humanos, Facilitadores Humanos, Aprendizajes Humanos, Relaciones Humanas.
Si hablamos de “Relaciones Institucionales” o de “Relaciones Internacionales”, ¿por qué no vamos a hablar de Relaciones Humanas, si de eso se trata? Obviamente, el nombre no lo es todo y un cambio en la denominación no implica por sí solo un cambio real: estoy convencido de que el cambio debe ser conceptual, acompañado por acciones concretas de las empresas, orientadas a un cambio de paradigma en la forma tradicional de llevar adelante el área de Recursos Humanos”.
“El trato humanitario se exige cada vez más de abajo hacia arriba. Se trata de incluir a la felicidad en los objetivos laborales de los empleados, de que el trabajo sea también un medio para alcanzarla”.
“La tarea de los líderes en las empresas está ligada a su posibilidad de inspirar en las personas la búsqueda y el hallazgo de esa motivación personal, única e intransferible, relacionada con sus sueños e ideales, su vocación, sus talentos, sus fuentes de felicidad”.
- Del libro “Gerencia de Felicidad”, de Daniel Cerezo.