Belleza y estilo: cómo ser parisina estés donde estés

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Cuatro chicas francesas, Anne Berest, Audrey Diwan, Caroline de Maigret y Sophie Mas, enseñan a las mujeres del mundo a adquirir el charme parisino. Un manual para vernos distinguidas y sensuales, desechar las costumbres de mal gusto y sobrevivir con elegancia a los peores papelones.

Son etéreas, flacas y tienen charme, todo en ellas es de una desprolijidad minuciosamente estudiada, aman salir vestidas con jean gastado, los tacos altos o ballerinas, la camisa de seda, el sweaters de cachmire y el impermeable largo. En cualquier calle, de cualquier ciudad del mundo, si nos cruzásemos con una parisina le reconoceríamos su origen a metros de distancia.

Ser parisina es una actitud femenina, una mirada del mundo, una forma de vivir y para el resto de las mujeres del mundo hay una buena noticia: parisina se nace pero también se hace. Por eso cuatro francesas, nacidas en la ciudad de las luces, acaban de publicar Cómo ser parisina estés donde estés (Roca Editorial), un libro guía para incorporar el look y el estilo de vida de las mujeres más chic del planeta. Las autoras son Anne Berest, Audrey Diwan, Caroline de Maigret y Sophie Mas, cuatro chicas iconoclastas y referentes de la movida cultural francesa.

Como ser parisina (ROCA) TAPA

Con humor e ironía estas it girls revelan secretos de vestidor, pero también cómo hay que comportarse en una fiesta, algunas ideas para sobrevivir a la primera cita, qué leer para mostrarse cultas e informadas, el comportamiento en la oficina y tips de belleza, recetas típicas para invitar amigos a casa. También ofrecen una guía para perderse en París y encontrarse, en realidad, con los verdaderos tesoros en términos de gastronomía, moda, paseos y compras, de una de las ciudades más bellas del mundo.

Aquí los consejos más cancheros del libro Cómo ser parisina estés donde estés para convertirse en una mujer irresistible.

Algunos aforismos para repetir como mantras:

-Encuentra tu perfume antes de los treinta años. Llévalo los treinta años siguientes.
-Lleva ropa interior negra debajo de la camisa blanca.
-Debes estar siempre deseable. El domingo por la mañana en la panadería, comprando cigarrillos en mitad de la noche o esperando a los niños delante del colegio. Quién sabe…

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Las prendas esenciales:

-El jean, a todas horas, para todo y con todo.
-Los zapatos de hombre. Sencillamente, porque siempre se ha dicho que los zapatos sin taco no era para chicas, y porque tienes espíritu de contradicción.
-La cartera. No es un accesorio, es tu casa.
-El blazer negro. Da un estilo elegante a un vaquero un poco sucio y que llevas los días que no quieres hacer ningún esfuerzo sin que se note demasiado.
-Las ballerinas. Es el equivalente al par de zapatillas de casa que jamás has comprado.
-El pañuelo de seda. Tiene más de una función. Añade una nota de color a un atuendo oscuro. Cuando llueve te lo puedes poner en la cabeza.
-La camisa blanca. Es emblemática y atemporal.
-El trench largo. Protege menos del frío, pero si te pones una campera acolchada, tienes la impresión de ponerte rollos voluntariamente.
-El sweater grueso que resbala por los hombros.
-Los anteojos de sol grandes y sencillos.
-La camisa ancha. Abres un botón de más y la entreabres para quitarle su aire demasiado decente.
-La remera más sencilla pero cara.
El mal gusto:
-Tener una foto de tu boda en tu casa.
-Coordinar la cartera con los zapatos.
-Hacerse blanquear los dientes y que se note.
-Depilarse demasiado las cejas.
-Ser amiga de tus hijos.
-Exhibir ostentosamente el dinero… o ser una amarreta.
-Retocarse la boca y parecer un pato.
-Ir demasiado arreglado. Y demasiado maquillada.
-Buscar cumplidos.
-Utilizar expresiones de moda salidas de la jerga empresarial: “el ADN de la empresa”, el “marketing viral”.
-Llevar más de dos colores distintos en el pelo.
-Tomarse una misma demasiado en serio.